|
Esto no hay quien lo entienda, que se lo digo yo, que aquí no valen las ideas preconcebidas, que ya puede el más concienzudo de los aficionados empezar a hacer pronósticos de acuerdo a los antecedentes más lejanos y más próximos de la ganadería, recabar el índice de pluviosidad de la finca, las horas de sol, el peso de los toros en relación con el índice “n” que determina la curvatura y desviación de la media de los pitones, la carta astral de los matadores, de los familiares de estos y de sus cuadrillas, de la acumulación de glucosa en la sangre, el nivel de triglicéridos, que es salir el toro y todo se va a to… se va al garete.
Había quien llegaba a compadecer a los poseedores de una entrada para esta corrida. ¿Los Fuente Ymbro? Si eso está fatal, está pasando por un bache tremendo. Se presentan en Madrid como sustitutos de los de José Luis Pereda y la Dehesilla y resulta que salen interesantes, mansos, pero interesantes. Lo mismo casi permitían el toreo moderno, que el de siempre, pero en cualquier caso había que estar dispuesto. Uceda Leal no se sabe si lo estaba o si lo había dejado de estar. Mucho muletazo descompuesto, pero sin sustancia, que le valió en su primero, manejable y que aunque sin fuerzas, tomaba la muleta; le cortó una oreja por aquello del “Porque sí, porque yo lo valgo”. En el otro, que ya exigía más, se quedó esperando a ver quién le chivaba por dónde meterle mano. En cambio, Curro Díaz no hizo acto de presencia nada más que en un trincherazo de los que antes le manaban más a menudo. Pero ya digo, el de Linares dejó su ánimo en una gasolinera de la carretera de Andalucía. Matías Tejela, que venía de más cerquita se dispuso a desplegar todo su saber taurino, ese de pegar pases a un microondas, con cierta gracia.  Ángel Otero toreando a cuerpo y con los palos ¿Y dónde están los toreros? Pues donde deben estar, en la plaza. Lo único es que no vestían de oro, sino de plata. Primero Montoliú, que siempre será el hijo de aquel Montoliú que tanto se sigue llorando, que con un derroche medido de facultades ha ganado la cara del segundo de la tarde para dejar un par en todo lo alto a un toro que le quería comer el terreno. Después Jesús Romero en el tercero, en otro par en el que ha tenido que encelar y torear con el cuerpo al toro para hacerle embestir y aguantando el embate, clavar un buen par. Y por último, en el que cerraba plaza, Ángel Otero ha hecho saltar de sus asientos a toda la plaza. Citando con garbo y torería, dejándose ver, retando al toro, pisando su terreno con gallardía, ha provocado la arrancada, ha cuarteado y ha dejado un buen par en el morrillo del de Fuente Ymbro. ¡Vaya, tarde de banderilleros! Pero lo mejor llegaba en el tercer par. Citando para ir por el pitón derecho, siempre muy torero y encelando al animal con el cuerpo, cuando este ya buscaba al torero y apretando de lo lindo, ha visto como iba a su encuentro Ángel Otero, que a pesar de lo comprometido le ha ganado la cara y consintiendo y dejando llegar mucho al castaño, ha cuadrado en la cara, ha metido los brazos y ha dejado un par espléndido, puede que el mejor de lo que llevamos, saliendo del embroque dejando claras las cosas, para los avisados y los no avisados, y es que no hay más que hablar, con el toro aparecen los toreros.
|
|