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25-M, eran las elecciones europeas. Los españoles decidían sobre su futuro en la Unión en un momento crítico para la política en nuestro país. Los ciudadanos acudían a las urnas en medio de una desafección y un rechazo hacia la clase política y las instituciones sin precedentes. El resultado: un batacazo histórico de los dos grandes partidos (Partido Popular y Partido Socialista) y el posible principio del fin del bipartidismo. Pero se preguntarán, ¿y esto qué tiene que ver exactamente con lo que ayer sucedió en Las Ventas? Pues lo podemos relacionar. Dos de las grandes fuerzas políticas triunfadoras de la jornada fueron Izquierda Unida y Podemos, formaciones de izquierda que, o directa, o indirectamente, abogan en sus programas por una postura contraria a la fiesta de los toros. Muchos aficionados se llevaban las manos a la cabeza y alertaban de los posibles riesgos para la Tauromaquia en base a los buenos resultados de estos partidos. Pues bien, yo les digo, los verdaderos antitaurinos, aquellos que realmente acabarán (más pronto que tarde) con nuestra querida fiesta de los toros, son los que, desde dentro del sistema, se encargan de dinamitar este espectáculo tarde tras tarde. Y el caso más perfecto y cercano lo tenemos en esta tarde en Madrid. Los responsables de lo que allí ocurrió y de las tres horas de bochorno y esperpento que tuvimos que sufrir los que acudimos a los tendidos sí que son antitaurinos en potencia. Ellos, por acción u omisión, le están poniendo en bandeja a los antis profesionales el discurso animalista y abolicionista.
Hasta once toros saltaron al ruedo venteño en una de las tardes más infames que se recuerdan en esta plaza. Cinco de esos astados fueron devueltos por su evidente e inadmisible invalidez, y eso sin contar que todos los que salieron no lo debieron hacer por ser animalejos impresentables de la que se supone es la primera plaza del mundo. La corrida de Peñajara fue el colmo de los colmos, un encierro indigno de Madrid por su nula presencia y que, además de inválido, no sirvió ni para arrimarse ni justificarse por su falta de casta y movilidad. Muchos nos temíamos lo peor antes de las siete, pero la realidad superó los más nefastos presagios. Fue un encierro altón, feo, sin remate que no poseía el más mínimo trapío ni por delante ni por detrás. Si acaso, alguno como el que se lidió al final en segundo lugar o el que cerró plaza (ambos de la ganadería titular) se tapaban por la cara por sus serias defensas. Lo demás, una birria. Pero si feos e impresentables fueron los titulares (una verdadera vergüenza que esa corrida pasara el reconocimiento veterinario), peor lo fueron los sobreros. La limpieza de corrales fue de lo más indecoroso que se recuerda en años. El primer sobrero que salió fue de El Cortijillo, pero anduvo poco en el ruedo pues tras rozarse con el caballo de picar a gran velocidad, uno de sus pitones saltó desprendido desde la cepa. Y es que el animal tenía que estar enfermo porque un pitón no se cae con tanta facilidad. Imagen verdaderamente triste que no nos favorece nada en estos momentos. Así en esa primera parte el pañuelo verde asomó en el palco una vez tras otra. Se fue corriendo turno y como tercero bis apareció un sobrero de Los Chospes que posiblemente sea el animal con menos trapío que ha saltado en una corrida de toros en Madrid en años. "Eso", en cualquier novillada, hubiera sido motivo de alteración del orden público. Imagínense... Por delante, además de no tener seriedad alguna, fue muy sospechoso, y después no tenía ni cuajo, ni remate ni nada de nada. Más chico no podía ser, pese a que la tablilla nos contara otra película como muchas tardes. ¿515 kilos? Imposible. Antes (o después) también volvió a los corrales otro sobrero de esa prestigiosa y legendaria divisa de... Torrealba. Res ésta que recordaba a un Samuel por sus bizcas y. abrochadas defensas. El mulo también era un inválido. Y así uno tras otro. El cuarto, por su parte, fue un sobrero del Conde de la Maza, tan feo como ofensivo. Ofensivo por su expresión, porque luego era una sardina. Éste sacó genio y complicaciones y fue muy deslucido quedándose corto y sin humillar nunca. Tras este salió otro sobrero, esta vez de La Rosaleda (nuevo hierro de José Luis Pereda) que tenía más cuerpo (y kilos), pero que tampoco estaba rematado y que por delante se pasaba de discreto (siendo generosos...). Mansito, al final se dejó en la muleta convirtiéndose en el menos malo. Ya se sabe, en el país de los ciegos... Para cerrar, uno de Peñajara, divisa que si vuelve por Madrid en algunos años constituirá una broma macabra en toda regla. Ese sexto, serio y astifino por delante, fue alto de agujas como la mayoría de sus hermanos y tampoco tuvo cuajo ni remate. Luego no sirvió ni para arrimarse por su desesperante descastamiento.
 El sobrero del Conde de la Maza ¿de otra época o ya es europeo?
1º: Nº 54, “Aguacero”, negro bragado meano corrido axiblanco, 572 kilos, nacido en 12/09:
- Salta al ruedo tras ser devuelto el inválido primer titular y un sobrero de El Cortijillo que se parte un pitón desde la cepa tras chocar contra el caballo de picar. Se corre turno y aparece este animal impresentable que no tiene ni el más mínimo trapío. Lavado y anovillado por delante, sin seriedad alguna, y sin cuajo ni remate. Una auténtica raspa.
- Muy flojo y descastado. No es apto para el lucimiento y, menos, para transmitir algún tipo de emoción a los tendidos.
(PITOS EN EL ARRASTRE)
2º: Nº 81, “Astillo”, negro bragado meano corrido axiblanco, 569 kilos, nacido en 11/08:
- Se tapa por la cara. Muy serio por delante, muy armado y veleto de cuerna, pero de escaso remate por detrás. Rizado en los cuartos delanteros.
- Otro animal de penoso comportamiento por su escasez de fuerza y fondo. Claudicando constantemente durante la lidia.
(PITOS EN EL ARRASTRE)
3º: Sobrero de Los Chospes, Nº 19, “Chinato”, negro, 515 kilos, nacido en 9/09:
- Impresentable es poco. Animal indigno de la plaza de Madrid. No saldría ni como novillo en una tarde cualquiera. Ni cara, ni cuajo, ni remate. Los pitones, de risa, hacia delante y muy sospechosos.
- Astado con algo más de movilidad, pero muy deslucido (embiste siempre con la cara a media altura o alta) y con peligro sordo. Mirón y se queda corto al final.
(SILENCIO EN EL ARRASTRE)
4º: Sobrero del Conde de la Maza, Nº 48, “Costurero”, sardo, 530 kilos, nacido en 12/08:
- Mal presentado. Una sardina con cuernos. Toro de llamativa capa (sardo, muy ojinegro) y de estampa antigua. Muy estrecho y escurrido, pero cabezón. Feo y ofensivo.
- Muy malo. Saca genio, no casta. Embiste casi al paso, con la cara alta y protestando. Mide, busca, sin clase ninguna.
(SILENCIO EN EL ARRASTRE)
5º: Sobrero de La Rosaleda, Nº 32, “Indio”, colorado, 527 kilos, nacido en 12/09:
- Mal presentado. Tiene algo más de cuerpo, pero tampoco remate en la culata. Por delante no tiene nada, ni la más mínima seriedad. Ojo de perdiz, acaramelado de cuerna. Ligeramente bizco del pitón derecho.
- Manso en varas, mantendrá esta condición en el último tercio aunque aguanta sin rajarse entre las dos rayas (en el tercio) y con algo más de nobleza. Poca transmisión.
(SILENCIO EN EL ARRASTRE)
6º: Nº 38, “Argentino”, negro bragado meano corrido axiblanco, 540 kilos, nacido en 12/09:
- Justo de presentación, se tapa por la cara. Alto de agujas, estrecho y de escaso cuajo y trapío en conjunto, aunque serio y astifino por delante.
- Completamente descastado. No sirve ni para ponerse y arriesgar y justificarse. No embiste, muy parado, sin clase ni celo.
(SILENCIO EN EL ARRASTRE)
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