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Tres toreros que no tienen mucha participación durante el año, estuvieron por más de tres horas, en la corrida del día de hoy donde lidiaron toros de Peñajara y varias ganaderías más, con los que poco o nada pudieron hacer, para beneplácito de los aficionados que llenaron los ¾ de plaza; y que, generaron bastante trabajo para Florito Fernández, el mayoral de la plaza de Las Ventas y, con ello, presentar un excelente espectáculo, que pude ver desde la mitad del mundo, a través de la televisión. Algún aficionado -que parecía que tenía la chispa de los quiteños- dijo en alta voz: “qué buena esta corrida, concurso de ganaderías”.
Diversas causas motivaron para que fueran utilizados cinco toros sobreros pues, Usía y el respetable, consideraron que era necesario cambiar los programados. Es muy lamentable, que para que actúen en la Feria de San Isidro, algunos matadores que pocas oportunidades tienen, se escoja ganado de desecho pues, nadie puede decir lo contrario, después de los que se pudo mirar en esta corrida de toros. Sin embargo, Eugenio de Mora logró dar una vuelta al ruedo y con fuerte petición de oreja en su segundo astado y, Alberto Lamelas recibió una cerrada ovación desde el tercio en su primero. Eso sí, porque demostraron su entrega y valor. No pudo salir con ningún premio el matador más antiguo Víctor Puerto pues, le tocó lo peor del lote. Florito Fernández Quien merecidamente recibió varias ovaciones y fue quien dio un gran espectáculo, fue el mayoral de la Plaza de Las Ventas, Florito Fernández y sus ocho bueyes que, permitieron que saquen a los toros de la arena del ruedo, siempre en medio de ovaciones del público pues, en caso contrario la corrida hubiera durado -seguramente- varias horas más. Sin embargo, como es también un ser humano, no siempre pudo sacar al toro a la primera. Durante el primer astado de la corrida, tuvo que sacar al segundo de ellos, sacando tres veces a los bueyes y, en el segundo, tuvo que hacerlo en dos ocasiones. Todo eso, también fue parte de ese maravilloso espectáculo.
Casi siempre, Florito dirige a sus bueyes desde el interior del callejón y, siempre lo hace con toda normalidad, demostrando lo bien entrenados que tiene a los mansos pero, durante la corrida de hoy, para no equivocarse, puso pie en la arena de la monumental plaza de toros de Madrid y, durante el cambio del tercero de la tarde, llamó al toro a cuerpo limpio y con la chaquetilla llevó al toro hasta la puerta del embudo de los sustos y, remató, cual “maestro del toreo”, con un forzado de pecho. Que maravillas se pueden observar durante un festejo taurino, ya que, así como era malo lo que ocurría entre el toro y el torero, también hubo alguien, que le dio alegría a esta larga jornada taurina.
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