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Dos matadores españoles (Luis Antonio Gaspar “Paulita” y “Morenito de Aranda”) y un colombiano (Sebastián Ritter), dieron la cara en Las Ventas de Madrid, durante la Feria de San Isidro, porque esa era la única oportunidad que tenían para estar presentes en la feria y plaza más importante del mundo taurino pero, si por el embudo de los sustos aparecen toros mansos, algunos sin fondo y otros con notable peligro para los alternantes, ¿será en realidad una oportunidad la que ofrece la empresa? Personalmente creo que no, sin embargo, aquellos matadores que no son figuras, no tienen más que “agradecer la oportunidad y seguir adelante” (?)
Esa es la pura realidad de lo que ocurre, lastimosamente, en el mundo del toro bravo. Existen figuras que torean lo que ellos quieren, es decir, los toros de 40 pases sin problemas pero, para los que no están es ese grupo de élite, tienen que armar corridas con ganado de lo peor. Además, parece que cuando eso ocurre, incluso en las transmisiones, se las consideran corridas de “segunda categoría” pues, cambian de relatores -aunque yo me siento en esa categoría más cómodo por la calidad de quienes entregan la información-. Si lo dicho, más la serie de corridas que hemos observado a través de la televisión en este hermoso país como Ecuador ubicado en la mitad del mundo, que no tienen casta ni raza suficiente para plazas de tanta categoría, es necesario preguntarse también, ¿qué está pasando con el toro bravo en el mundo? Mientras retiraban al espontáneo por allí pasó el 5º sin hacer caso a nadie ¡NO HAY QUINTO MALO!
En esta corrida, donde se lidiaron cuatro toros de la ganadería de Couto de Fornilhos y dos de la ganadería de Gerardo Ortega, salió el quinto toro, de nombre Manhoso, con 610 kilos sobre sus lomos y, diferente a todo el resto de los astados que salieron en la corrida por su pelaje pues, mientras los cinco eran de capa negra, este era de capa cárdeno (en realidad eso no es lo más importante) pero, pese a su trapío, en lugar de embestir, deambulaba en la arena del coso venteño. Era manso, peligroso, se quedaba en las embestidas y, cuando era llevado por la franela de su matador, daba dos pasos y saltaba con la cabeza en alto. Es decir, su mansedumbre lo abrumaba. Sin embargo, no solo eso ocurrió en la arena. Se lanzó un espontáneo que fue retirado del ruedo a tiempo, mientras la gente atendía más a una fenomenal bronca en el tendido No 8. Por lo tanto, también pregunto, ¿de verdad, no hay quinto malo?
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