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La feria ya ha roto con la actuación y la puerta grande de Iván Fandiño. Pero ahora toca mantener la emoción todos los días en los tendidos, algo, por cierto, que dudo puedan transmitir las reses que se lidian en la sexta de abono de San Isidro. Después de varios encierros infumables por su descastamiento e invalidez, La Palmosilla regresa a Madrid en plena feria. Cosas de Taurodelta... Ganadería, también, de origen Domecq pero que no ha demostrado en general ese mínimo fondo de casta y bravura que se exige en una plaza como Madrid. La falta de fuerzas es, por otro lado, el gran lastre de esta divisa y los dos puyazos reglamentarios a los que serán sometidos los de La Palmosilla no hacen presagiar nada bueno.
En uno de los carteles más flojos de la feria llega la primera confirmación. Será la de Manuel Escribano, diestro sevillano que resurgió del ostracismo la pasada temporada y que seguro pondrá voluntad en su presentación en Madrid. Porta-gayola, banderillas... algunas suertes de su repertorio. Podemos ver buenos lances con el capote, aunque el asunto del toreo fundamental con la muleta ya es otro cantar. Vuelve a Madrid Joselito Adame, mexicano que salió lanzado de esta plaza en la Feria del Arte y la Cultura del año pasado. Adame tiene valor y oficio, pero sus últimas actuaciones han puesto de manifiesto una versión del mexicano más vulgar y ventajista y eso en Madrid... no vale. Y abriendo cartel Juan José Padilla que sigue en las ferias ofreciendo su espectáculo y su Tauromaquia.
 Manuel Escribano puede ser el que mejor parado salga de la tarde 6 toros de La Palmosilla, correctos de presentación y de blando y descastado juego en general. Alguno devuelto a los corrales por inválido. Nobles y con cierta calidad.
Juan José Padilla: silencio en ambos Manuel Escribano: saludos y silencio Joselito Adame: silencio y silencio.
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