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Los toros de la ganadería de Don José Escolar Gil, procedencia del Marqués de Albaserrada, salieron por el embudo de los sustos de la Monumental Plaza de Toros de Las Ventas y, pese a que fueron partícipes directos de una aburrida corrida, por falta de transmisión y emoción, aunque siempre precedidos por la fama de corrida “dura”, hubo un momento -verdaderamente- emotivo, durante la suerte de varas o primer tercio de la lidia, del cuarto toro de la corrida, segundo en orden de aparición del matador Fernando Robleño que, al igual que sus compañeros Pérez Mota y Miguel Angel Delgado, estuvieron por encima de sus enemigos, en la tercera corrida de la feria de San Isidro 2014.
Para quienes nos gusta la fiesta brava en su totalidad, fue muy grato y emocionante, mirar a través de la televisión, desde la mitad del mundo, cuando -con la debida distancia-, acudió el astado de nombre Mantecoso, con 524 kilos sobre sus lomos, cárdeno de pelaje -igual que sus hermanos- en dos ocasiones, hacia la cabalgadura de Pedro Iturralde y recibió dos excelentes varas en todo lo alto, apretando el astado con la cabeza baja en el peto y, enriscando el rabo hacia arriba. Es decir, metiendo los riñones como tienen que cumplir los bureles en este tan importante tercio, donde se mide la bravura del animal, se ahorma la cabeza del toro para la embestida y, donde se dosifican las fuerzas del animal para el resto de la lidia. El piquero Pedro Iturralde levanta el palo tras el buen tercio de varas El público, como no podía ser de otra manera, se puso de pie y ovacionó al picador por su gran trabajo y, sobre todo, porque en la época actual, casi no se puede ver un primer tercio bien ejecutado. Merecida la ovación pero, lamentablemente, el mismo burel, luego sirvió para un gran tercio de banderillas, donde el subalterno de Robleño, Angel Otero, recibió también una ovación que lo obligó a desmonterarse, por dos hermosos pares de rehiletes, colocados a toda ley, realizando casi en forma perfecta la reunión con el astado y levantando los brazos para empujar hacia abajo y colocar las banderillas pero, nada más.
El ganado en general, tuvo una buena presentación pero, varios de los toros no tuvieron buenos finales con la muleta, es decir, metían bien la cabeza al comenzar la embestida pero, terminaban siempre con la cabeza por alto. Además, algunos también tuvieron peligro para los alternantes que, debido a esa situación, tuvieron problemas en la suerte suprema, excepto Delgado, que cumplió.
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