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Tres jóvenes toreros abrieron plaza en la segunda corrida de la feria de San Isidro 2014, en la Monumental Plaza de las Ventas que, desde Quito, la “Carita de Dios, se pudo observar a través de la magia del siglo XXI, la televisión. El deseo de los jóvenes matadores de toros españoles, lamentablemente, chocaron con la mansedumbre de los astados de la ganadería de Martín Lorca pues, tan solo el tercero Bis de la ganadería de El Vellosino, permitió que uno de ellos -el menos antiguo de la terna- Juan del Álamo, cortara la primera oreja de la temporada.
El tercero de la tarde salió a la arena para Juan del Álamo pero, luego de que lo recibió muy bien con hermosas verónicas, el toro llegó al caballo y cayó. La flojera del astado hizo que Usía cambie el animal de Martín Lorca y, salió un astado de capa negra de El Vellosino. En cuanto a su presencia, de menor hechura que los restantes bureles pero, sin haber sido un toro bravo, tuvo fondo y permitió que el diestro de turno pueda demostrar a los asistentes al coso venteño, lo que podía hacer. Juan del Álamo bajando mucho la mano diestra al toro de la oreja El astado fue avanto y, duró algunos minutos para poder colocarlo en suerte. Recibió una buena vara y, con la muleta, cada minuto iba dejando la estela artística del matador, ya que, con la mano derecha se extasió templando y mandando cada uno de los muletazos, demostrando en cada uno de los pases, el poder de su muleta. La ligazón de cada uno de los pases levantaba el clamor del público y, la forma excelsa de sus remates, adornaban aún más, la lentitud de su actuación. Una estocada un poco delantera sirvió para pasaportar al astado y, el pedido del respetable, terminó con una oreja en sus manos, dando vuelta al ruedo.
Estuvo a punto de abrir la puerta grande en el sexto toro del encierro, posiblemente, el único con fondo de la ganadería Martín Lorca pero, así mismo, el de mayor peligro. Con la muleta estuvo bien. Templando y mandando en ligadas tantas de derechazos. Fue levantado espectacularmente por el toro pero, ventajosamente, sin consecuencias graves, a no ser el susto del torero y de todos. Estuvo pesado con el estoque y, eso le impidió cortar un nuevo apéndice y salir en hombros. ¿El futuro de la fiesta brava está asegurado?, creo que si, si se continúa dando oportunidades a los jóvenes valores de la tauromaquia que vienen atrás, sí. Pero, como todos sabemos, todo depende de quienes tienen en sus manos, la posibilidad de hacerlo. Angel Teruel tuvo pincelazos de su clase y elegancia, mientras que, Miguel Tendero demostró que desea ser alguien -y rápido- en el mundo del toro. Pero, eso sí, todo se puede conseguir, siempre que en la arena, a más de los matadores, salgan por el embudo de los sustos toros bravos de verdad.
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