Sebastián Peñaherrera (Rejoneador). Una oreja y dos orejas

Brandon Campos. Una oreja y dos orejas y rabo simuladas

Gabriel Cevallos. Una oreja y silencio

Tras la suspensión “democrática” de la Fiesta Brava en Quito, los taurinos perdimos la esperanza de tener la ya tradicional Feria de Diciembre y hoy, volvimos a vivir nuestra pasión, con alegría, con optimismo y, como todo hay que decirlo; con muchos gritos en contra el alcalde capitalino.

Campos y Penaherrera salen en hombros

Los intentos de frustrar esta nueva versión de la Feria, “Jesús del Gran Poder” han sido tan variados como, incomprensibles.  Han venido de los más variados sectores y, sin embargo, no lograron cortarla.

El punto más positivo de esta feria que inició hoy fue, sin duda el que haya comenzado, lo que es, prácticamente un “milagro”.
 
Con todas las “contras” que tuvo, a nadie deberá sorprenderle que hayan saltado, este primer día; varios contratiempos que, de alguna manera podrían haber puesto “sombras” en este día tan especial, (sin lograrlo), para tranquilidad de todos.

Comienza el paseillo

Con una monumental confusión de horarios entre, el que se anunció en el lanzamiento de la Feria que era el de las 12.30 del medio día, el horario que marcaban los boletos de acceso a la plaza que era de la 1.30 y los rumores que hablaban de la una, fuimos algunos los que nos lanzamos un plantón desde las 11.30 del mediodía, hasta que finalizó la corrida por ahí de, las 4.30.

Antes de dar inicio a la corrida hicieron acto de presencia hasta 20 “Chagras”, montados en sus caballitos parameros, trayendo con ellos, aroma de serranía, de páramo frio, de esa niñez tan lejana.
Fue hermoso pero, duró demasiado para quienes llevábamos tanto tiempo esperando el inicio de la primera corrida de la Jesús del Gran Poder, 2013.

Se homenajeó, con absoluta justicia,  a un “chagra-taurino” de gran raigambre que nos abandonó hace poco tiempo, Don Raúl Guarderas.
Era la despedida novilleril de Sebastián Peñaherrera, jovencísimo rejoneador ecuatoriano que, promete y, promete mucho y la presentación de un novillero franco-mexicano que, “gracias” al irrespeto gubernamental no pudo presentarse por su edad, debiendo ser reemplazado al último momento y el novillero ecuatoriano Gabriel Cevallos.

Penaherrera colocando una farpa

Sebastián Peñaherrera corrió con el lote menos potable de la tarde, sus dos novillos pertenecieron al hierro de “El Arriero”, el primero fue un negro meano, bragado, listón de 380 kilos que, más arreó que embistió lo que, complicó significativamente la labor del rejoneador.
 
Cada rejón de castigo fue una prueba, (importante para su siguiente día) porque tuvo que solventar, los muchos problemas que presentó el novillo.

Puso algún par de banderillas más que lucido e importante, ante todo;  por la seriedad de lo hecho en la cara del complicado novillo.  Tras un rejón de muerte defectuoso, logró un descabello  realmente, magistral.
Seguramente la “manga ancha” que se ejerce en las novilladas, pesó a la hora de premiar al toro y en consecuencia, a la faena realizada por Sebastián Peñaherrera.  El toro fue “aplaudido” y Sebastián recibió una oreja.

El segundo de rejones, perteneció al mismo hierro y  de 420 kilos.  Por cierto, el único novillo de la tarde que tenía cara de serlo.
Desgraciadamente, su presencia física no compensó su falta de calidad, al igual que su hermano fue más lo que arreó que lo que embistió, este; además, se dolió en banderillas, fue soso, sin codicia, sin  fijeza.
 
Todo esto complicó; como es de suponer, la labor de Peñaherrera.  Solo se le colocó un rejón de castigo, sin embargo; se refugió pronto en tablas.
 
Todos los problemas que presentó el novillo tuvieron un punto positivo en la actuación de Sebastián, mostró habilidad y conocimientos para solventar problemas, es decir; la base más sólida para llegar a tener peso en su futura carrera.

Tras un certero rejón de muerte que tiró al novillo sin puntilla, la tibia petición de oreja fue “prontamente escuchada” por la “autoridad” que, concedió dos orejas, más absurdas quizá que la primera de la tarde.

Brandon Campos con la izquierda

El primero de Brandon Campos, el novillero mexicano, perteneció al hierro de “Santa Coloma” y a pesar de no aparentar haber llegado a ser un “novillo”, mostró gran calidad y al que, Campos; comprendió tras verlo dar dos volantines criminales sobre la arena, lo que produjo una debilidad posterior, evidente y molesta para el novillero.

El novillo fue importante, la faena de Campos lo fue igualmente pero; desgraciadamente, no lograron conexión con el público que, se mantuvo más bien expectante por lo que, todo pareció perderse en el limbo.

A pesar de los esfuerzos realizados por Brandon en las, hasta 6 tandas que le propinó al novillo, logrando más y más largueza y profundidad en los muletazos; el público no se involucró en la faena.

Lamentablemente, el novillero pinchó antes de lograr despachar al primero de su lote, sin puntilla.

A pesar de este detalle, la faena de Brandon Ramos, fue… ¡premiada con una oreja!.
 
En lo que se podría considerar como, la única decisión realmente acertada de la “Autoridad”, el novillo fue premiado con la vuelta al ruedo; lo que debió repetirse en el 5to de la tarde.

El segundo del lote del mexicano perteneció a “Peñas Blancas” y pesó 350 kilos.  Fue impresentable de pitones, bizco sin paliativos del izquierdo.  Fue de embestida poco franca, principalmente por el pitón izquierdo; por el que se vencía hacia los adentros.

Inició la faena en los medio, con un cambiado por la espalda aunque, siempre; sin exigirle porque, de hacerlo, se desplomaba.

Gradualmente, logra llevarlo en muletazos más largo y profundos, recurriendo posteriormente  a arriesgados muletazos de rodillas, cada vez más cerca del tercio.
 
Solo entonces el púbico toma en consideración lo que está haciendo el novillero Azteca quién, para ese momento; se había acercado ya a cambiar el ayudado, por el estoque.

El público comienza, tímidamente al inicio; a pedir el indulto.  La “Autoridad” comenzó por negarse al evidente desatino de perdonar la vida al novillo, pero; gradualmente, la petición creció y el Palco, terminó por aceptar el absurdo pedido.

Desplante de Cevallos

El último alternante fue Gabriel Cevallos, novillero ecuatoriano con una dosis inacabable de voluntad y ganas de triunfo.  El tercero de la tarde fue  de “Peñas Blancas” y pesó 330 kilos, lo recibió a “porta gayola”.

Fue variado con el capote pero; la faena fue más bien, apresurada, sin pausa.  En banderillas fue de menos a más, llegando a completar un interesante y prometedor tercio.

Inició en los medios y si bien al novillo le costaba tragar el primero, luego; se aplicó y Cevallos logró alguna buena tanda antes de ser levantado por los aires y pisoteado después.

El novillo tomó sentido muy pronto lo que, parecería que forzó al novillero a emplear cierto tremendismo, terminando la faena de rodillas y pegado a tablas; medida que le dio resultado porque, el público se volcó con el novillero.

La faena fue premiada con una oreja.

El sexto de la tarde fue del hierro de “Peñas Blancas” y pesó 340 kilos, también a este lo recibe a “porta gayola” dejando muy poco espacio entre la puerta de toriles y él.

Fue bien al caballo y cumplió pero, se dolió clamorosamente del primer par de banderillas.

Su faena una vez más, fue más para el público, estuvo muy en novillero, arriesgando hasta que le llegó una nueva voltereta.
Brindó a quién parecía ser su apoderado y su esposa, con palabras emotivas y agradecidas, con las lágrimas pugnando por saltar de sus ojos.

Tuvo un pitón izquierdo muy complicado, venciéndose hacia los adentros, por lo que volvió a la mano derecha, pero ahogándolo, lo mejor de esta faena se dio cuando, dejó de encimar al novillo.

Por naturales, como se ha dicho;  no tuvo un solo pase, por lo que volvió a la mano derecha, la faena no terminó de despuntar y con esto, dio fin la primera tarde la Feria Jesús del Gran Poder 2013.
Hay ciertas cosas que deberán arreglarse para el día de mañana, cuando comienzan las corridas de matadores.

El alguacilillo recibiendo las llaves

Lo primero, lo vital;  la “Autoridad” deberá estar más preparada para soportar las presiones del público y juzgar las faenas por lo logrado, en concordancia directa con las características de los animales que salten a la arena.

Dado el tamaño de la plaza, es comprensible que no exista banda musical pero; la música debe estar mejor coordinada y los horarios deben respetarse.

Es de esperar que, a pesar de las presiones de última hora que obligaron a la Empresa a cambiar el ganado que pensó importar desde Colombia; los animales que se presenten tengan los años y los kilos que les avalen para estar en una feria de peso.

La seguridad funcionó hasta de forma exagerada porque, se molestó inclusive a quienes llevaban algo tan taurino y tan tradicional como una “bota de vino”.  Es, desde todo punto de vista comprensible que se impida meter en las gradas botellas de cristal o latas, pero; ¿las botas?.

Esperemos que mañana, que ya no habrá corrida en Latacunga y que, comienzan las corridas, el público acuda en masa a la placita de Tambillo.

Fotos: Alberto Suárez