Tan sólo alrededor de 2 mil personas se dieron cita en la Plaza México en tarde fría y con mucho viento. Se lidiaron toros de la ganadería de Brito con edad y poca cara, el cuarto anovillado, descastados y complicados. Juan José Padilla, silencio tras aviso y silencio; Uriel Moreno El Zapata, silencio tras aviso y pitos; Fermín Spínola, silencio y silencio. A pesar del percance sufrido en el dedo recientemente, Juan José Padilla salió al ruedo de la México muy dispuesto en sus dos toros, pero estos no colaboraron. Lo más destacable de su actuación fue el segundo tercio en el cuarto de la tarde. Sus dos trasteos fueron silenciados. El Zapata realizó una faena muy firme en su primero. Estuvo valiente y entregado sacando pases de mucho mérito pegado a tablas que el público no supo reconocer. Escuchó un aviso después de tres descabellos. El quinto fue el más manejable, pero Uriel nunca le encontró la distancia. Pocos muletazos le resultaron limpios. Pitos al término de su labor. Fermín Spínola fue herido en su primero en la axila derecha al ser prendido en un par de banderillas, continuó en el ruedo enfrentándose a un astado peligroso en una faena llena de voluntad. Acertadamente optó lidiarlo por la cara. El sexto también fue complicado y nada pudo hacer. Silencio en ambos. Fermín Spínola sufrió una herida de 4 cm. En la axila derecha con trayectoria hacia el brazo. Al término del festejo iba a ser operado en la enfermería de la Plaza.
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