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Se había anunciado un cartel livianito, formado por tres jóvenes toreros, que les correspondió lidiar toros mansos, descastados, complicados y algunos peligrosos de Montealto pero, la afición madrileña que casi llenó la plaza de Las Ventas, vio a tres toreros con voluntad, entrega y deseos de hacer bien las cosas, aunque no les fue bien del todo. Una lamentable cornada para José Ramón García “Chechu” en su primer enemigo, dejó en un mano a mano a Pedro Gutiérrez “El Capea” y a Alberto Aguilar, que sustituyó a Fernando Cruz, quien “se cayó del cartel” por asuntos de salud.
Desde mi querido Quito, más conocido como la “Carita de Dios”, ubicada en la mitad del mundo, a través de la pantalla chica de la televisión, vimos que le correspondió el segundo toro pues, tuvieron que alterar el orden, debido a que El Capea tuvo que matar el primero del “Chechu”. Al igual que sus hermanos de camada, manso, descastado y complicado para el matador de a pie. Como buen torero de las corridas llamadas duras, Alberto Aguilar utilizó todo su conocimiento para dirigir al astado por donde quería y armar una gran faena, a ese toro con una descomunal cabeza. Con su gran valor, enorme voluntad y conocimientos, fue armando la lidia que necesitaba y, cuando tuvo a su enemigo a su entera voluntad, instrumentó tandas de derechazos y, fundamentalmente, de naturales, que no solo quedaron grabadas en el recuerdo, sino que levantaron a los aficionados de sus asientos. Una oreja ganada a toda ley.
Entró por la vía de la sustitución y rozó la Puerta Grande En su último toro – pues mató tres -, volvió a causar sensación en el aficionado, esta vez ante el toro más grande del encierro pero, posiblemente, el mejor, con quien volvió a demostrar su calidad de torero; además, con el astado que mejor se sintió mientras toreaba pero, por haber fallado en la suerte suprema y pese a la gran petición de los aficionados, Usía no se acordó que la “primera oreja la otorga el público” y, le dio tan solo una emotiva vuelta al ruedo.
No estaba en los carteles de las ferias de San Isidro, porque no se trata de ninguna figura pero, es ya un torero en quien pensar, porque todos quienes vimos su actuación, estoy seguro que desearíamos verlo nuevamente.
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