|
Ficha del festejo
Tras hacerse el paseíllo y antes de romperse, se guardó un minuto de silencio por el reciente fallecimientos de Pepe Luís Vázquez “El Rubio de San Bernardo” a la edad de 91 años.
Para hoy lunes de Pentecostés, la empresa había programado la segunda de las novilladas feriales, con novillos del ganadero murciano Nazario Ibáñez, para tres jóvenes promesas, de los cuales solo medio destacó, el madrileño Gonzalo Caballero que saludó desde el tercio en sus dos utreros, que pretendió dar la vuelta al anillo, siendo impedido por los tendidos más recalcitrantes. Para los otros dos de la terna profundos silencios.
Hoy tampoco respetó el cielo ya que también le dio por abrir el grifo, menos mal que ya estamos acostumbrados a las aguas de este frío mes de mayo y a nadie le cogió desprevenido, pero el consabido viento se hizo presente una vez más, quizás con menos fuerza pero también molesto. La entrada sobrepasó los tres cuartos, que no está mal, en especial para la empresa, ya que baratito le habrá salido el festejo menor.
Los novillos de Nazario procedentes del encaste Núñez, ni buenos ni malos si no todo lo contrario, tres de ellos se fueron al desolladero con palmitas los lidiados en 2º, 3º y 4º lugar, los otros tres pitados en el arrastre. Flojitos de fuerzas, flojitos de casta y raza, su presentación la justa para Madrid y en el tipo de la casa, los de mejor nota el 2º y el 5º, sin llegar al sobresaliente.
El festejo salió como dicen los médicos, con un encefalograma plano, primero por las condiciones del ganado y luego por la poca actitud y disposición de la terna que no supo o no pudo sacarles algún partido y sus anhelos “si los tenían” se quedaron en agua de borrajas.
Buen inicio de Sanlúcar, luego nada Flojito y justito de casta fue el primero para el gaditano Álvaro Sanlucar, al que saludó por verónicas aceleradillas. No comenzó mal con la pañosa, pero en los redondos se dejó tropezar los engaños y al tercer pase, el utrero midió la arena, le faltó mando por el pitón izquierdo y con diestra siempre toreo al hilo echando al novillo siempre para fuera, con esas formas, es muy difícil ser torero. Lo envió al tiro de mulillas, eso si de una buena estocada que hizo pupa. Silencio para el de Sanlúcar, que pasó desapercibido. No entiendo el porque del brindis al público del segundo de su lote, ya se dolió en el segundo tercio, viniéndose abajo en el tercio final, en algunos pasajes los parroquianos le regalaron algunas palmas. Con la espada lo cazó y para el arrastre. Otro silencio.
Ajustadas bernadinas propinó Gonzalo Caballero Muy abanto y corretón el segundo de la tarde, que apenas se empleó en el jamelgo; este fue el primero del lote de Gonzalo Caballero; en que logró lucirse con los avivadores “El Lipi”, siendo aplaudido por la afición. Como ya no se torea de capote nos iremos a la muleta. Tras una buena tanda por el pitón derecho, de las gargantas de la asistencia, salió la primera ovación de la tarde, de allí en adelante fue superándose el madrileño. Valentón aguantó por el pitón izquierdo. Como colofón supo doblarse muy toreramente, para irse en busca de la espada, pero antes de perfilarse, una serie de bernadinas pasándose al utrero por el fajín que llegaron con fuerza a los tendidos. Entró con decisión a la hora del embroque, pero le faltó empujar, teniendo que hacer doblete, dejando ahora sí una entera en lo alto, lo levantó el cachetero y sonó el aviso, al fin dobló el animalito. Saludó al respetable desde el tercio. Manso, manso fue el segundo de su lote, con el percal otra vez nada, con la muleta, si que subió de tono, tanto en los redondos diestros como en los naturales, encontrándole el terreno y la distancia idónea, estuvo francamente bien, exprimiendo al novillo y sacándole lo que no tenía, cerró esta buena actuación por manoletinas ajustadas, siendo ovacionado. Tras matar a su oponente de pinchazo sin soltar y de un cuarto de espada arriba tendidilla que fue más que sufi; nuevamente escuchó palmas el de los madriles.
César Valencia no tuvo ni lote ni su tarde Al que no le rodaron bien las cosas fue al caraqueño César Valencia, primero por el molesto viento y luego por la poca fuerza y escasa casta de su lote. Con el tercero nada, nada con el percal y en el último tercio, estuvo acelerado al punto que parecía que iba en el Ave; le costó asentarse, pero ni con esa nueva actitud consiguió algo destacable, tampoco es verdad que el novillo sirviera para nada, pero es ahí cuando se debe ver la disposición del torero. Ya con la espada y en un arreón tuvo que tomar el olivo al ser desarmado. Pasó sin pena ni gloria su labor. El sexto nada más salir buscó el camino de vuelta, tras el intento de recibirlo a portagayola y en esta ocasión quiso hacerlo con un farol rodilla en tierra. No se porque se empeñan en brindar a sabiendas de la calidad de morlaco que tienen para torear, para mas inri al no conocer los terrenos, se sacó al utrero a los medios, insistiendo cabezonamente torear en el terreno impropio y todo le salió al revés. Lo pasaportó de una estocada más bien caidilla.
Destacaron con los aretes: Miguel Martí y “Lipi” de la cuadrilla de Caballero. Saludaron montera en mano los hermanos Otero, José y Ángel tras un brillante segundo tercio; los dos a las ordenes de César Valencia.
Como festejo, uno más…
|
|