|
Ficha del Festejo
¡Que viva el santo!, que hizo el milagro, para que todos los aficionados gocemos de una faena, brillante y contundente al que el extremeño de Puebla de Prior, Miguel Ángel Perera logró cortar la primera oreja de este ciclo que bien pudieron ser dos, ya que pañuelos pidiendo la segunda no faltaron, pero como ese segundo trofeo ya es potestad del Usía, que según su parecer no lo creyó conveniente, escamoteándole así la Puerta Grande, que bien se la merecía el coleta de Badajoz.
Según las informaciones, los toros anunciados del hierro de Alcurrucén, no pasaron el reconocimiento veterinario, teniendo que traer más ejemplares para que al fin pasara la corrida, se decían por los corrillos que todo un camión se encargó de traer más toritos desde la finca. El ya sempiterno baile de corrales, cuando vienen las figuras, siempre está servido. Los pupilos de los Lozano, con poco trapío, con pocos kilos, la media en la romana fue de 522 kilos, bajitos de raza y casta; destacaron los lidiados en primer lugar, que fue ovacionado y el tercero que también lo fue, para mí el mejor de todo el encierro, una vez más apareció un cinqueño, que fue el quinto, eso si nobles en conjunto.
Hoy me saltare el escalafón y el orden de lidia, ya que motivo hay para ello, ¿cual ese motivo?, pues muy sencillo. Tras tanto aburrimiento, hoy saltó a la arena y en tercer lugar un toro, llamado Peladito, negro listón, con 510 kilos de peso, con el guarismo del 9, justito de casi todo, que de inicio buscó la salida, pero que luego tuvo recorrido, en el último tercio, ya que en el tercio de varas, medio empujó, y en el que se lucieron los de plata Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero, desmonterándose. Miguel Ángel Perera, supo ver desde el principio las condiciones del cornúpeta y eso que de entrada y con el percal en las manos, resbaló en la cara del toro, librándose milagrosamente de un grave percance. Tomó los trastos, citó de lejos, buscó la distancia y empezó la faena con tres derechazos superiores, la segunda tanda fueron nada menos que seis, de esos de olé, abrochando con el doblete de pecho, tal sentimiento puso en ello, que la ovación unánime estalló en los tendidos, otra ovación, al torear con torería y profundidad con la zurda. Tras esa faena contundente. Que estocadón para entregarlo al tiro de mulillas. Los albos pañuelos poblaron los tendidos pidiendo los trofeos y cayó la primera oreja de la feria y no la segunda por la falta de sensibilidad del presidente. La plaza en pié aplaudió en la vuelta al anillo del espada. Pero las cosas en el quinto ya fue la otra cara de la moneda y Miguel Ángel, pese a su disposición y entrega, toreando por el pitón derecho, la cosa no cuajó, menos aún por el contrario, como al matador le hubiese gustado. Para cerrar labor lo hizo por manoletinas que nuevamente calentaron al respetable. Tomó la toledana para dejar una estocada entera hasta los gavilanes un poquito desprendida, pero que fue sufi; otra vez pañuelos al viento, pero esta vez no tantos como en el anterior. Saludó desde el tercio.
Tandas con muletazos así construyeron la faena de la primera oreja de la feria Hay que volver atrás. Confirmación de alternativa de Ángel Teruel, que lo hace con el toro llamado Panadero, de apenas 501 kilos sobre sus lomos. Tras la ceremonia, brindó al público. Por bajo inició faena, ya en el centro del anillo, logró una buena tanda con la diestra mano ligando con soltura los pases y cuatro con buen trazo fueron los naturales, a más fue su labor por ese pitón, escuchando una ovación tras esos cuatro redondos de buena factura; lastimosamente el toricantano se quedó con las ganas, ya el cuatreño perdió fuelle. Envió al otro mundo al burel de una estocada casi entera algo tendida pero efectiva, lastimosamente tardó en caer el animal. El neófito saludó desde el tercio. Fuerte se le pegó en varas al sexto, mermándole fuerzas al de Alcurrucén, quedándose aplomado para el último tercio. Teruel insistió con ambas manos, pero todo fue inútil. Lo pasaportó de un pinchazo hondo arriba. Silencio para el madrileño.
Ángel Teruel también dibujó un trasteo interesante Aún me queda el “gabacho” Sebastián Castella, padrino de confirmación; pese a las condiciones poco propicias de su primero, el de Beziers, se fue a los medios para citar con la diestra en una tanda cortita pero que el público lo premió con palmas, pero al intentar por naturales, su labor se vino abajo. Con las armas de matar, pinchó en el primer encuentro, para luego dejar una entera en buen sitio, saliendo el burel sin puntilla. Perchas por pitones tenía el cuarto, pero soso, que escarbó y manseó buscando la puerta de toriles. Con la franela vimos al francés algo inseguro, utilizando mucho el piquito; para pasaportarlo le hicieron falta un pinchazo y una puñalada.
No así el francés que ni tuvo toro ni toreo para Madrid Destacó con lo rehiletes Javier Ambel parando al segundo de la tarde-noche.
La corrida se retrasó 25 minutos por la falta de previsión de arreglar el ruedo en horario más temprano y salimos de la plaza dadas ya las 10 de la noche. |
|