Esto va cada día peor. No hay forma de arreglarlo. Y para colmo, a partir del cuarto se puso a llover, no a diluviar pero ya se sabe que siempre se produce desbandada general cuando esto ocurre y los tendidos se vacían a medias. Los negros toros fraileros salmantinos de El Puerto volvieron a Las Ventas, con su habitual mansedumbre, invalidez, falta de casta y vulgaridad, haciendo la tarde casi imposible para los toreros, aunque éstos aún estuvieron más vulgares y desganados. Sólo el confirmante madrileño López Simón le puso más ganas pero su inexperiencia tampoco le permitió redondear su actuación.

Otro cartel barato, con otra confirmación de alternativa, otra tarde para que la empresa haga caja y otra tarde más con los aficionados del 7 maldiciendo su suerte antes de la corrida, con pocas esperanzas en estos toros que, un año tras otro, repiten fracaso tras fracaso. Toros que parecían clonados, pues se parecían unos a otros como las gotas de agua que fueron cayendo después.

López Simón fue el único que trascendió, y no solo por haberse puesto de hinojos

Alguno, como el segundo, no se tenía ya incluso antes de entrar a la primera vara, pero el presidente don Julio “el opaco” (porque nunca se le entiende) empeñado en ponerse junto a la empresa y en contra de la afición que paga. Y para colmo El Cid, un torero querido y admirado en Madrid hace ya algunos años, en vez de tirar al toro mandó a la cuadrilla a abreviar en banderillas y tirar p'alante. Y claro, en cuanto tomó la muleta el animalillo se derrumbaba. Era como si entre todos estos culpables nos hubiesen metido la mano en el bolsillo a los aficionados para hurtarnos un sexto del precio pagado por la entrada, que ya de por sí era un “chollo” para la empresa y carísima para la afición, pues era un cartel de rebajas. La afición, harta ya de los últimos fiascos de El Cid, no se lo perdonó y estuvo ya de uñas con él. Y aunque en el cuarto se esforzó algo quedó claro que este torero ya no es el amado, mimado y consentido de esta plaza. Los del 7 le han pedido el divorcio claramente.

Luque es un torero de lo más vulgar para los del 7. Si a esto se le añaden unos toretes sin pizca de casta ni ganas de pelea, por más que se monte sobre ellos nunca podrá haber comunión ya no sólo con el 7 sino tampoco con los otros tendidos de Las Ventas. Esta tarde se puso de manifiesto.

El único que lo intentó de verdad fue el novato, que comenzó la faena de su confirmación saliendo despedido por los aires del topetazo que le dio el toro con el morro. Ahora se comprende lo de las fundas. Los toros se han olvidado ya, cuando salen a los ruedos, de que tienen los cuernos al aire de nuevo y sólo empujan con el morro. Es lo mismo que le pasó el otro día a David Mora. En general dan porrazos, dolorosos sí, pero no cornadas. Y todos contentos ¿Verdad, taurinos? Es la fiesta “light”. Tras el percance, el confirmante, muy dolido, se fue al platillo y de hinojos le hilvanó varios muletazos que levantaron al personal. Fue la ovación de la tarde. Y ahí se acabó el torillo, porque tras esto se vino abajo y adiós. Luego, el madrileño de Barajas las pasó mal para matarlo y todo quedó en saludos cariñosos de la afición. En el sexto, ya bajo la lluvia contínua, fue buscando las zonas donde había menos charcos, pero aunque lo intentó con fortuna algunas veces, en otras se embarullaba y no terminaba de acoplarse a la ruina animal que tenía enfrente.

En resumen, otro fiasco más de esta vulgar ganadería que, pase lo que pase, debemos sufrir cada año en Madrid (por cierto, más de una vez) incluso con algunos toros desaprovechados por los toreros, unos espadas que tampoco le echaron casta y pundonor (salvo el confirmante), unas suertes de varas inexistentes y simuladas, unas faenas irregulares y finalmente unas estocadas defectuosas. Ni siquiera un par de banderillas. “Otro día plano y para colmo pasado por agua. Como para hacer nuevos aficionados que ocupen nuestros puestos cuando ya no estemos los de siempre...”. Estos comentarios eran los que se hacían en el 7 al final del fiasco de esta tarde. Y mañana, como ya aparecen dos “figuritas”, ha habido lío con los toros y tendrán que traer más para aprobar ¿Será verdad que los Lozano no tienen toros para completar una corrida de Alcurrucén en Madrid? ¿O será que los veedores enredan? Lo dicho, todo va cuesta abajo. Por más que “Molés y sus chicos” intenten contar mentiras por TV para justificar cada día a los autores del delito ¡Qué poca vergüenza!