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Ahora si se puede decir que ha terminado la Feria de San Isidro de este año 2012. Aunque la semana que viene seguiremos teniendo toros a diario en la llamada Feria del Arte y la Cultura, una tontería inventada para sacar más dinero a los abonados, ya ha finalizado el ciclo de San Isidro, el verdaderamente importante. Tras casi un mes de toros, ahora llega la hora de los balances, de los premios y de sacar las conclusiones. Desgraciadamente hace ya muchos años que no podemos hablar de grandes ferias, de ciclos completos y muy interesante. Pese a quién le pese, vamos de mal en peor. La feria de este año pintaba muy mal desde el principio, sobre todo después de ver los pésimos carteles presentados por la empresa Taurodelta. Y claro, cuando las combinaciones son malas, es muy difícil que los resultados sean buenos. La isidrada de 2012 no pasará a la Historia precisamente por ser una gran feria. Si será recordada por ser la feria en la que no se abrió ni una sola vez la puerta grande de toreros de a pie (es decir, matadores y novilleros). Solo los toreros a caballo, los rejoneadores, han conseguido desengrasar la puerta de la gloria, la puerta de Madrid. Muchos han sido los factores y condicionantes para que haya ocurrido esto. El principal, a mi juicio, ha sido el problema del toro. Y es normal que cuando la base del espectáculo falla, lo demás también se resienta. Día a día los corrales de Las Ventas han sido el escenario de problemas en los reconocimientos veterinarios de las reses. Muchos problemas para poder completar una corrida de toros o una novillada. Algo inaudito. Y además de esos problemas matutinos, por la tarde se han cumplido los peores pronósticos y muy pocos han sido los astados que han embestido. Destacar las corridas de Cuadri, Baltasar Ibán y Alcurrucén por encima de todas. Han sido las únicas que se han salvado, junto a ejemplares sueltos. También han fallado los toreros muchas tardes y tan sólo un puñado de toreros como Castella y Fandiño han conseguido puntuar. A pesar de todo esto y de la crisis económica, los tendidos de la Monumental madrileña han estado llenos o casi llenos la gran mayoría de los días. Ellos, la afición, han sido los que de verdad han cumplido y han triunfado esta Feria de San Isidro. La empresa y la Comunidad de Madrid deberían tomar nota y empezar a preocuparse del que paga y no tanto de sus bolsillos. La mayoría estamos decepcionados con la feria, ellos, estoy seguro, estarán muy contentos por los resultados económicos obtenidos. Así todos los días para nada... o casi A pesar de todo, echaremos de menos cada día el llegar a la plaza, ir a nuestra localidad y encontrarnos con muchos amigos, aficionados y compañeros de abono y localidad con los que compartimos tantas tardes de alegría y también de tristeza y aburrimiento. Ahora ya toca pensar e ir haciendo la cuenta atrás para el San Isidro de 2013 que, esperemos, se mejor que el que acaba de finalizar.
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