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La corrida de Alcurrucén ha estado bien presentada en general con los matices que aportaremos en la reseña, y ha tenido un comportamiento interesante por irregular y encastado, la mayoría de los toros han sacado esta cualidad a relucir.
Con este 'Cara-Alegre' empezamos a anallizar a los de Alcurrucén Cara-Alegre rompió plaza, un toro negro listón, bragao, meano y girón. Cortejano, propio del encaste, más gordo que cuajado. Le costó pasar de salida, se quedaba debajo. Al picador le buscó el costado contario y casi le busca un desaguisado. De la segunda entrada salió coceando al jaco. Tampoco fue fácil en banderillas. Había manseado los dos primeros tercios, sacó casta y las embestidas tuvieron emoción. Tuvo un comportamiento de manso encastado, de vibrantes y secas embestidas, y, nos pareció, faltarle repetición. El segundo toro de Manuel Jesús El Cid estaba bautizado como Fiscal, serio y bien armado, bajo de cruz y en la línea Villamarta. Se dejó torear de salida. En varas, aunque alternó pitones, peleó bien. En banderillas perdió la fijeza y avisó por el izquierdo. Tuvo tres tandas diestras de ensueño: desde la fijeza, a la prontitud, todo tamizado por la templanza y la humillación. Por el zurdo, pese a ser más complicado, también brindó dos buenas. Las diestras fetén las zurdas muy aceptables de este Fiscal noble y encastado. Perera se las vio primero con Chalinito, un cinqueño largo y bien puesto de pitones, algo remangao. Se frenó en el saludo y camino del caballo del que salió escupido nada más notar el hierro de la puya. De la segunda entrada salió de naja. En el segundo tercio receló de tablas -lo han hecho varios toros- aunque manseaba descaradamente. Le habían dejado crudo en varas y sacó pies en la pañosa. Fue muy desangelado en este tercio, siempre salió del embroque con la cara alta desluciendo la faena; aunque tuvo su punto de casta le faltó entrega y repetición. El quinto de la tarde era feo de cara por delantero y bizco del izquierdo. Huyó del capote de Perera y, a medias, se dejó en los medios. Flojeó y le simularon la suerte. En banderillas tardeó. Había manseado en los dos primeros tercios y así se comportó en el tercero. En la segunda tanda se había rajado, le faltó casta y le sobró nobleza; terminó manoseado. Fandiño lidió en primer lugar un toro colorao, lavadito, bizco del izquierdo, con cara de nene y algo silleto que le costó pasar. En huida se encontró con los montados y se plantó delante de ellos; se lo pensó y marchó. La pelea en varas no fue buena, embistió descompuesto y se repuchó en la segunda entrada. Le costó embestir por el izquierdo pero fue bastante bueno por el diestro. Aunque había manseado en los dos primeros tercios, sacó casta y tuvo un comportamiento interesante haciendo el avión y embistiendo con temple por el pitón referido. Pitillero fue el sexto, negro bragado, con cuajo, serio, con las hechuras de Núñez perdidas –posiblemente un pasó atrás al origen Villamarta-. Derribó con estrépito, antes no se había entregado en el capote de Fandiño. No se picó, o muy poco. En banderillas amagó con pararse. Sacó algo de casta y le duró poco para embestir, un par de tandas, el resto la invirtió en sacar malauva, desarrolló y su comportamiento fue más de bravucón que de bravo. Al menos, hoy, el toro ha tenido protagonismo. ¿Y los toreros? Habrá que esperar a Antolín, a Jorge, a Joaquín, a Andrés, a ver que dibuja Enrique... A todos ellos les espero gustoso e impaciente. Seguro que me sacarán de dudas. |
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