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Ficha del Festejo Largo muy largo resulto el festejo de hoy que duró tres horas y dos minutos, fresquito hacía en la plaza ya que las temperatura bajó mucho, pero el sol lucía. Muchos claros en los tendidos y hasta nueve toros salieron por la puerta de toriles; los cuatro anunciados de Bañuelos, dos remiendos de Couto de Fornilhos que hacían quinto y sexto, a ello hay que sumar, tres sobreros, uno de Aurelio Hernando, otro de Carmen Segovia y uno mas del hierro de Domínguez Camacho que salió en último lugar. El único que verdaderamente destacó de la terna fue Morenito de Aranda que cortó la oreja del primero de su lote, el mexicano Eulalio López “Zotoluco”, aseado en su lote y Diego Urdiales muy dispuesto y valiente pero no logró remontar. De los nueve toros que pisaron la arena venteña: el tercero ovacionado en el arrastre, palmas escuchó el cuarto, pitos el segundo y el sexto bis, los otros silencio camino del desolladero. Peso medio 573 kilos, pero en escalera, el último, con el peso justo para pasar el reconocimiento, es decir con solo 487 kilos. El torero mexicano Zotoluco volvía a Las Ventas, siendo su actuación más bien difuminada. Al que abrió plaza lo saludó con una larga cambiada de rodillas pegado a las tablas, tras el tercio de varas que salió de najas, el mexicano inició labor por el pitón diestro en que el burel derrotaba aviesamente, cambió de pitón, fajándose en las segunda tanda y las palmas afloraron en los tendidos, su quehacer aseado, lo mejor, un martinete oportuno, lo toreo por la cara y por la espada, dejando una estocada casi entera pero baja, que produjo derrame bucal. Zotoluco con la izquierda Apenas lo recogió con el percal al segundo se su lote y lució al morlaco en el caballo al que acudió en tres ocasiones desde largo, derribando en el segundo envite; tras mucho tiempo, hoy vimos lucirse a un piquero llamado Nacho Meléndez, también Azteca de nacionalidad. Que bonito es el tercio de varas cuando se hace bien. Al público brindó, quiso iniciar faena con la diestra pero el cuatreño se coló por ese pitón, así que a la mano zocata en buen son, escuchando palmas de los asistentes, pero allí quedo todo. Estuvo muy cauto a la hora de matar, pinchando reiteradamente hasta que cobro una estocada entera en los blandos.
Urdiales sometiendo con la diestra De origen veragüeño y que cazaba moscas por los dos pitones, siendo una prenda con algo de genio, el segundo del festejo, que derribó en la primera vara de forma estrepitosa, pegándole muy fuerte en la segunda, no era fácil torearlo, encima se levantó viento, pero Diego Urdiales le plantó cara y poquito a poquito, con mucha firmeza logró meterlo en el canasto, estando muy bien el chaval ante la cara del bicho que sabía lo que se dejaba atrás; macheteó en torero para luego tomar la espada de verdad, de entrada un pinchazo ya que el cuatreño lo esperó, logró meter la mano, dejando una casi entera en buen sitio, finiquitando el “regalito” con un certero golpe de cruceta.
El riojano con su segundo. Obsérvese la diferencia de tamaño entre toro y torero Sosote y de embestida cansina fue el quinto, segundo de Urdiales, a las afueras se fue el de Arnedo muleta en ristre; aceptable estuvo por los dos pitones, pero no logró transmitir nada a los tendidos, los aficionados empezaron a impacientarse ya que finalmente el toro se paró. Urdiales preparó al burel para la muerte, pero falló con el acero en los primeros encuentros, hasta que lo cazó, dejando tres cuartos de espada, rematando cos dos golpes de verduguillo.
Morenito muestra el trofeo conseguido Enterándose salio el sobrero de Carmen Segovia, Morenito de Aranda lo saludó con buenos lances a la verónica. Pero el bicho cantó la gallina en varas. Con los trebejos, bien de salida, para luego dar dos naturales de muy buen corte, así siguió dando hasta tres tandas, rematando bien por arriba, eso llegó a las gradas, siendo muy aplaudido, más aun después de la trincherilla y el pase de la firma, ovación cerrada de los asistentes; muy bueno el epílogo. Entró a matar con decisión para dejar una estocada arriba algo delanterilla, teniendo que hacer uso del de cruceta en una sola ocasión. Aparecieron los pañuelos y la autoridad le concedió una oreja.
Morenito gustándose en la trinchera Con el peso muy justo pero dentro de lo reglamentado saltó a la arena el sexto, que los del 7 protestaron por su poco peso y trapío, aunque cinco años y medio tenía el de Domínguez y que como se dice ahora, medio sirvió, aunque algo rebrincada su embestida, inició faena con doblones aceptables y sin más pausa tomó la franela con la diestra para dar una tanda aceptable de redondos. El de D. Camacho cambió y embistió descompuesto al final y el burgalés le aguantó con firmeza y valentía, la afición reconoció su disposición. Al tomar el alfanje y entrar a por uvas, apenas dejó tres cuartos de espada, caidilla y atravesada. Silencio en los tendidos.
Las cuadrillas:
Luis Carlos Aranda saluda. Un buen día (en este caso ya noche) de subalternos Fue ovacionado el picador mexicano, Nacho Meléndez, de la cuadrilla de Zotoluco, y los banderilleros Juan Martín Soto, Luis Carlos Aranda tras un magnífico par, teniendo que saludar montera en mano, asi como Pascual Mellinas y palmas también para los del castoreño Manuel José Bernal y Héctor Piña. Fotos: Muriel Feiner |
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