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Desastre de tarde con lluvia y frío, desastre de corrida sin lucimiento alguno, desastre de empresa que sigue tomándonos el pelo a los clientes que somos los paganos, desastre de toreros que bastante hicieron con salir por su propio pie de la plaza y desastre de autoridad, pues parece que nadie intenta acabar con abusos como el soportado esta tarde, una vez que la empresa hizo caja. Lo mejor de todo el ganado remiendo de Guardiola Fantoni, aunque ni pudo lucirse por problemas de estabilidad en el piso y por cicatería en la generosidad de los toreros, que pensaron más en su integridad que en mostrarnos a los aficionados cómo eran realmente los “villamartas” de esta tarde. Y todos sabemos que lo que más nos molesta es que nos tapen un toro y nos dejen sin saber cómo es en realidad. Y muchos toreros del escalafón repiten este hecho con excesiva frecuencia. Esa es la razón principal del por qué en el 7 nos dicen los taurinos que siempre estamos cabreados. Pues déjennos verlos, porque si no nos dejan nunca podremos juzgarles si realmente estuvieron ustedes bien o no ¿O tal vez es por eso que casi nunca nos dejan verlos y nos los esconden? Los del 7 ya estábamos mosqueados antes de comenzar cuando se comentaba que tras rechazar la anunciada corrida de Peñajara, también se había rechazado otra de Joselito y Martín Arranz hasta aprobar finalmente la que salió. “Estos veedores de Las Ventas”...se decía. A la hora del festejo llovía bastante pero se anunció que se atrasaba el comienzo un cuarto de hora para que la nube pasase. Y comenzó con retraso pero la nube siguió descargando hasta el cuarto toro, con lo que el ruedo se puso impracticable y el personal inventando preservativos contra la humedad de todo tipo. Ya se sabe que el español es muy creativo en casos de necesidad como éste. Hoy llegamos a ver un plástico que mantuvo a una pareja protegida de la lluvia muy pero que muy juntitos, pues en cuanto se separaban para respirar el plástico les descubría por los lados y se mojaban. Así se estrechan relaciones, sí señor. Y quién sabe si algo más...lo que surja. Una tarde de toros en Madrid con lluvia, frío y viento puede ser el comienzo de muchas cosas...o el final. Para que luego digan... Cuando sólo quedábamos un tercio del aforo de plaza, pues el resto fue abandonando poco a poco, durante la lidia del cuarto dejó de jarrear, salió el sol y se fue secando el albero o al menos el barro se hizo menos resbaladizo. A buenas horas...
Los toros no se vieron... pero era difícil verlos con esas cortinas de agua Los toros, con romana y descaradas caras, estuvieron magníficamente presentados y posiblemente fue la corrida más seria y con más poder por ahora en conjunto de lo que llevamos sufriendo. Todos aguantaron con la boca cerrada casi todas sus lidias y en general soportaron lo duramente castigados que algunos lo fueron en varas. La pena fue que ni los pudimos ver en plenitud ni nos los dejaron ver los toreros, con exceso de precauciones.
El Fundi se despedía hoy de la afición de Madrid y no lo pudo hacer peor. Con todo en contra y pensando más en su integridad, no hizo más que defenderse toda la tarde. A su primero lo mató fatal y a su segundo...no lo pudo ni matar y tuvieron que salir “Florito & his bull-boys” para llevárselo a los corrales. A pesar de ello, tanto la afición como sus compañeros de terna intentaron animarle y le despidieron con palmas a su larga y esforzada trayectoria, insólito caso tras recibir los tres avisos. Madrid es diferente y tiene una sensibilidad muy especial. Y al parecer, visto lo de hoy, la empresa le ha ofrecido poder despedirse otra vez en la feria de otoño, para que pueda sacarse la espina de este baldón a su meritoria carrera. Bien por la empresa, por una vez y sin que sirva de precedente.
Uceda fue animado y jaleado a veces, tanto en su primero bajo el diluvio como en su segundo con sol incluído, pero él, tan seguro con la espada siempre, hoy estuvo negado. Y Rubén Pinar, también animado en su primero por intentarlo bajo la lluvia, en el que cerró plaza mostró su verdadera cara, incapaz de aguantar a un toro de lidia de verdad y siendo desarmado una y otra vez por su inadecuada colocación. Además mató mal a ambos, a su primero de bajonazo y tras varios intentos al otro.
En resumen, hoy tampoco hubo posibilidad de aburrirse, pues bastante tuvo el personal con pensar en cómo abrigarse y tratar de evitar el agua, el viento y el frío que se colaba por todas partes. Al terminar la corrida, en el 7 alguno decía que dónde daban las “medallas al mérito” a los espectadores que aguantaron hasta el final. |
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