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Domingo Navarro anuncia su retirada. Estupor, pena y pronto la melancolía de saber que por principios abandona el capote rosa y azul el Angel de la Guarda de una Tauromaquia añeja y analítica. Consciente de la sinrazón imperante, de la huida de la perfección y los encantamientos con trucos y humo previamente bendecido, Domingo Navarro se va. Buen viaje Maestro, fue un placer, un honor, una clase magistral. Así como en Bilbao decía que hay toro, que el toro íntegro existe y se encuentra si se exige, hoy debo decir que el toro de las figuras también existe; aquí, en Madrid, elegido con sumo cuidado, criado en una Universidad pulcra y educada: Victoriano del Río -y uno de Toros de Cortés- El Espacio del día lo detectó un Catedrático de la Tauromaquia, Don Antolín Castro, un Doctor que a la postre y para regocijo de unos pocos es nuestro Director de esta orquesta. Dividan el ruedo en dos y vean una parte pisada y otra sin siquiera ser trotada: ¡Eso es bondad! Así sí que se puede torear, toros que te hagan caso, toros teledirigidos, toros que, lo-gi-ca-men-te, pueden pegar cornadas; aunque esta probabilidad disminuye al ser comparada. José María Manzanares excelencia en torear con el pico, ligar y dejar fluir el tiempo; matar en dos tiempos barrenando o tornilleando entre tiempo y tiempo y con un cañón. Madrid divide sus ideas; menos mal. Alejandro Talavante llegaba por cerca, quería estar cerca, juntito al toro, muy apretado, demasiado cerca, quizás ahogando, agobiando sin duda. La voluntad le acompaño toda la tarde, el toreo a ratos.  Muchos para auxiliar a Castella tras el percance, pero ya no veremos al Ángel...
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