|
Ficha del Festejo Tarde desesperante en la tradicional corrida de la Prensa, con un saldo ganadero, de poca casta y sin raza, que logró salvarla y cuando ya casi había terminado todo; un torero, torero, que cada día afianza más su cartel y se está convirtiendo en mimado de Madrid, que es de Orduña y se llama Iván Fandiño. En una barrera del 10 y representado a la casa Real, la Infanta Doña Elena. Un recuerdo por Joselito Como sería aquel torero que perdió la vida en Talavera, que después de 92 años, aun se guarda un minuto de silencio por su trágica muerte; demasiados claros y calvas en todos los tendidos; eso dice el poco interés de los aficionados y abonados a la plaza de La Ventas.
Si ayer escribíamos lo mal que salió el encierro, hoy otro tanto de lo mismo, por la puerta de toriles fueron apareciendo uno tras otro toros mansurrones que no valían un ochavo, escarbando, eso si de buena presencia, bien armados, algunos con muy poquitas fuerzas. Resumiendo y para no aburrir, una birria, los toros de El Montecillo. Si ayer el toro que sobresalió fue el primero, hoy fue el sexto que no era para tirar cohetes, pero que tuvo delante un torero dispuesto a todo y más; lo demás, k más k igual KK de la vaca. Los kilos de media 564. El Cid lidió al primero de su lote un toro que busco tablas y cuando alguna vez embestía, siempre lo hizo con la cara mirando a las nubes que hoy no habían en el cielo madrileño, apenas consiguió unos muletazos con la mano diestra ya que con la zurda, que es su fuerte, res de res; desilusionado cogió la escopeta, dejando una estocada entera hasta la bola pero contraria, tomando el de cruceta para golpear hasta en tres ocasiones. No fue mala la estocada de El Cid que le quedó contraria El tonto del pueblo fue el cuarto y eso que pesaba 635 kilos, bien armando, pero nada más. Poco hay que destacar del quehacer de Manuel Jesús, que terminó aburriéndonos y el público se enfadó con el de Salteras. Desilusionado se fue por la espada, pero marró en sus dos envites, teniendo que hacer uso del verduguillo por dos veces.
César Jiménez lo intentó con la franela en su diestra de los cuatro de la primera tanda solo dos valieron y con la zocata quizás mejoró un poco, pero a toda su labor le faltó alma y transmisión, se lo quitó de encima de un espadazo entero, pero desprendido y tendido, más un certero golpe de descabello. Frío y envarado estuvo César Jiménez Muy educado el quinto, ya que de salida saludó a todo el mundo, a los de plata, a los montados, que apenas pudieron señalar con la vara, a la afición y también a su matador. En las afueras y con muleta en la izquierda inició la faena César, de los tres naturales, uno válido y nada más, con la otra mano pases sueltos y despegados, el colmo fue ya el de pecho en que el burel pasaba tan lejos del torero que bien por el hueco pasaba un tren de mercancías; tampoco puso ganas y todos los pases fueron sin alma, no llegando a los tendidos. No estuvo bien con los aceros y tuvo que intervenir el puntillero para enviarlo al otro mundo.
Fandiño con la diestra en su primero Descastado y manso era el tercero, primero del lote de Iván Fandiño que embestía más por inercia que por ser un toro de lidia; el torero de Orduña simplemente cumplió con su cometido, eso si poniéndose pesadito con los aceros, al punto que escuchar un recado de la autoridad.
Lo único bueno, llegó en el que cerraba plaza, un cinqueño, atacado de kilos que escarbó. Pero Fandiño que es un perro de presa, no soltó al animal, toreó como un jabato con pases de excelente factura por los dos pitones, rematando tras la cadera, girando las muñecas y las zapatillas para estar siempre colocado, eso, su disposición y su valor calaron en la parroquia que ovacionó al vizcaíno sin reticencias, pero lo bueno siempre se acaba pronto y aunque satisfechos, nos supo a poco. Fandiño le bajó la mano dominando al sexto, al que cortó la oreja Toma la toledana, se enfrontila entre los pitacos, marca los tiempos y se va tras la espada, dejando una estocada hasta la bola aunque desprendida por lo menos cuatro dedos, pero la muerte del cuatreño fue fulminante y toda la plaza se cubrió de albos pañuelos. No le quedó más al Usía que sacar el suyo, oreja para un torero honrado y con vergüenza torera.
De las cuadrillas fueron aplaudidos, en varas Rafael Agudo de la cuadrilla de Fandiño, con los garapullos: “Jarocho” de la misma cuadrilla y Jesús Arruga a las ordenes de Jiménez. Terminado el festejo, fue fuertemente ovacionado, el nuevo niño de Madrid, Iván Fandiño y mañana retornamos al abono. Fotos: Muriel Feiner |
|