Este era el comentario que más se escuchaba en el 7 al finalizar la corrida de hoy. En la considerada primera plaza del mundo y en la feria más larga e importante, estos taurinos y sus cómplices no pueden dar una corrida como la que hoy hemos sufrido los que la pagamos. Porque esto no puede ser una sucesión de saldos y rebajas en los toros, que es lo que más se debería cuidar para mantener la importancia de la plaza y de esta feria. Ya fue vergonzoso el que de la corrida anunciada de El Vellosino sólo dos toros pasasen el reconocimiento matinal. Si a un ganadero de verdad y con vergüenza  le aprueban sólo dos, lo que debe hacer es llevárselos y no lidiar ninguno. Y eso que después de ver a las dos birrias que dejó (eso sí, con kilos...pero uno con carita de novillo y sin cuernos y otro feísimo, zambombo e impropio para Madrid) todos nos preguntamos cómo serían los desechados (?). Pero es que los remiendos de Valdefresno fueron tanto o más escandalosos en cuanto a presentación. Unos estrechos y sin remate, otro (el tercero de la tarde) playero de cuerna, paleto, más propio de corridas de pueblo, aunque a la postre fue el único que llegó al último tercio con cierto son aunque, eso sí, con escasas fuerzas. Sólo el sexto tenía trapío para Madrid y no fue pitado de salida. Los demás sí. Y sonaron varias veces los gritos de toro, toro, plas plas plas. Con eso está todo dicho. Nadie del 7 comprendía cómo se pudo aprobar esta corrida por la mañana.

En cuanto a su comportamiento, todos mansos (los primeros tercios se hicieron eternos), algunos tuvieron que ser picados por el picador de puerta, pues escapaban contínuamente de la contraquerencia. Pero tampoco estaban sobrados de fuerza, pues si no se derrumbaron del todo fue porque no se emplearon en el caballo.  Alguno que empujó luego salía suelto a escape. Y su casta...nula. En definitiva, lo mejorcito de la cabaña ganadera española. Y luego tanto la empresa como la CAM nos dicen que traen lo mejor y de más garantias...De verdad, no tienen vergüenza.

La Fiesta en conjunto, y el toro fundamentalmente, está boca abajo

En cuanto a los toreros, tanto Tejela como Tendero un verdadero desastre, como si no hubiesen estado. Le echarán la culpa a los toros pero su actuación pasó prácticamente desapercibida. Sus intentos de destoreo, mala colocación y apatía aún hicieron a los toros ser más malos y aburrir al personal. Lo peor que le puede pasar a un torero es que su actuación le sea indiferente al público. O broncas o aplausos, pero nada de eso hubo. Es para no volver a verles por aquí en mucho tiempo. No se lo merecen tras su actuación de hoy. Y eso que nos vendían esta feria como la de las oportunidades, al no estar ciertas figuras y haber más huecos para que otros dieran el salto. El de hoy fue un salto pero al vacío...

Y terminamos con Juan del Álamo, un joven que tras unas temporadas de novillero en Francia con meritorios éxitos con toros de prestigiosos y difíciles encastes da la impresión que desde que tomó la alternativa ha dado la vuelta como un calcetín. Tuvo el lote más potable de la tarde e incluso fue aplaudido por los domingueros en su primero, sobre todo cuando usó la izquierda y por las ajustadas bernardinas finales, lo mejor de su actuación. Incluso le aplaudieron cuando le propinó una estocada haciendo guardia. Pero como se eternizó con el verduguillo, todo quedó en nada. En el sexto, se ve que no quiso hacer de menos a sus compañeros y se comportó como ellos, es decir indiferente. Y así también nos dejó a los del 7.

Al final nadie se acordaba de un sólo detalle de torería en toda la tarde. Del presidente que aprobó la corrida sí nos acordábamos. Y de los toros. Y de los toreros. Y de la empresa. Y de los veedores de ésta y sobre todo de ese señor Matilla, tan listo él. Y del Centro de Asuntos Taurinos que aprobó carteles tan atractivos como el de esta tarde. Y de los progenitores de todos ellos también se acordaban algunos. Lo dicho, muchos del 7 comentábamos al final que juegan con nuestros sentimientos, con nuestra afición y con nuestro dinero. No tienen vergüenza.