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Ficha del Festejo Tras la mansada de ayer hoy tenemos que sumar otra de las misma condiciones, lidiada en el segundo festejo ferial; eso si con algo más de asistentes en los tendidos y no era para menos, se anunciaban: Una corrida de Montalvo, con una antigüedad del año 1926 y de la casa salmantina de los Pérez Tabernero, aunque ahora de procedencia Domecq Díaz para dos toreros madrileños muy queridos por estos lares y un sevillano que confirmaba. José Ignacio Uceda Leal que siempre dispara pero no llega a romper, la revelación de la temporada pasada y de ésta también, David Mora, que deja intacto su caché y la confirmación de Alternativa del otro camero Esaú Fernández, que en su época novilleril apunto muy alto, pero que ante el cuatreño aun le falta rodaje y entender mejor al toro. Lo más destacado de la tarde, por lo menos a éste escribidor fue, la formidable estocada de Uceda Leal en el mismo hoyo de las agujas, marcando los tiempos y entrando al volapié, al primero de su lote, segundo del festejo, estocada de muy alta nota y que hay que tenerla reservada en la agenda para los premios en su momento y la buena actuación de Mora al que tampoco le ayudaron sus dos oponentes. Para reseñar el comportamiento de cada uno de los bureles incluido el sobrero 2º de Yerbabuena, os remitimos a otra de las secciones de este Especial San Isidro de nuestro compañero José Luis Bautista. El que escribe estas líneas se limitará exclusivamente a narrar lo acontecido en el ruedo madrileño. Esaú se fue a toriles en los dos toros, fue inteligente luego no se movieron Hoy también Confirmaba, otro torero sevillano nacido en Camas, que supongo venía con todas sus ilusiones de triunfar en la Catedral del toreo, pero la suerte no le acompañó, ya que Malauvo, un toro cinqueño, marcado con el número 62, negro bragado, con pitones, inválido y desrazado dio al traste con todas esas ilusiones que traía Esaú Fernández. A la puerta de chiqueros se fue el joven para recibir a porta gayola al de Montalvo, siendo muy ovacionado tras salirle limpio el lance, también escuchó palmas al lancear ya de pie en verónicas adelantando la pierna, rematando con una buena media. Al platillo se fue con la franela preparada para citar de largo y dar un pase cambiado por la espalda muy apretado, pero eso fue todo, ya que nada más empezar quehacer con la diestra, claudicó el cinqueño midiendo el suelo dada su manifiesta invalidez, se paso la franela a la otra mano, pero también fue inútil. No quedaba otra que pasaportarlo y así lo hizo, dejando una media estocada arriba y un certero descabello.
Ante el sexto ya la gente estaba aburrida de tanto tedio y eso que nuevamente se fue a recibir a su “enemigo” a porta gayola, pero nuevamente estuvo toreando con la muleta en lejanías por ambos pitones, no consiguiendo acoplarse con el distraído animal, desfondado por su mala suerte en el sorteo, se fue por el acero y dejó una estocada entera pero en los bajinis. El Padrino Uceda Leal vio como el primero de su lote era devuelto a los corrales por estar derrengado de los cuartos traseros. Teniendo que lidiar el primer sobrero del hierro de Yerbabuena, que también estaba falto de fuerzas, al que saludó por verónicas siempre echando la pata pa´lante. Se dobló muy bien de salida con la pañosa, luego una tanda diestra de tres, dos de muy buena caligrafía, pero a menos fue la segunda tanda, alargó el brazo en los naturales, pero le faltó alma para trasmitir a los tendidos, los demás pases fueron despegadito y sin molestar al animal. Tomó la espada, se enfrontiló y ejecutó el volapié a la perfección y dejó un estoconazo en el mismo hoyo de las agujas, en otros tiempos en Madrid eso valía una oreja. Un tío era el quinto, pero también era un manso. Como siempre, buenas maneras con la franela, buen son tuvieron los pases con la diestra, citando con la muleta planchada; el toro buscó la puerta de chiqueros rajándose y Uceda con buen criterio los sacó y le cambio los terrenos al otro lado del ruedo, pero de nada sirvió, ya que el burel también dijo nones en ese terreno; quiso ponerse bonito por el pitón contrario, pero ya no había nada que hacer, todo estaba ya consumado, solo faltaba enviarlo al otro mundo; nuevamente el madrileño se volcó sobre el morrillo pero en esta ocasión la espada cayó desprendida. David Mora fue muy aplaudido con el percal al saludar al tercero por verónicas cargando la suerte, eso y la revolera de remate calentó a la parroquia que ovacionó al madrileño; galleó muy bien al llevar al animal ante el jaco. Tras un buen tercio de banderillas, tomó los trebejos, iniciando faena con estatuarios atornillando las zapatillas, que nos recordó aquellos famosos que pegaba el mexicano Luis Procuna. Aceptables los derechazos pero sin bajarle la mano para evitar que el cornúpeta midiera la arena, por el pitón contrario el bicho no tragó incluso le avisó. Con el acero marcó dos pinchazos por salirse de la cara, hasta que logró meterle la mano, dejando una entera que más que sufi para enviarlo al matadero. Un tío con toda la barba era el quinto, pero un manso más de la corrida; en los medios y por delantales saludó a su oponente de buen trazo, bien rematados con una buena media. Una vez más demostró sus buenas maneras con la franela, al citar con la muleta planchada por el pitón derecho, siendo fuertemente ovacionado, pero el animal terminó rajándose, logró sacarlo de su natural querencia, pero ni por esas el toro embistió. A por el acero, dejando una estocada entera pero desprendida. Un par de banderillas de El Puchi Con los palitroques destacaron: Manuel Molina a las ordenes de Uceda y José Ignacio Rodríguez “”El Puchi” de la cuadrilla de Mora.
Y mañana la primera corrida de Rejones, seguro y dado el público que asiste que por lo menos habrá una Puerta Grande. Fotos: Muriel Feiner |
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