Con tres cuartos de entrada, se han lidiado cinco toros de Martelilla; a destacar el 4º y 5º por su movilidad, primero devuelto y sustituido por un sobrero de Campocerrado, malo. Rivera Ordoñez, pitos en su lote El Juli, silencio y oreja Eduardo Gallo, silencio en su lote.
Rivera Ordóñez ha pasado con más pena que gloria por la Ribera. Con su primero empató a malo y cuando el animal comenzó a cabecear Rivera entró a matar entre pitos. Mató a la segunda de media estocada correcta. El cuarto fue un toro abierto que atacó al caballo de frente. Rivera sabía lo que tenía delante y asentía pero acabó perdido, sin dar una tanda completa a un toro que embestía y regalando aspavientos al respetable. Mató a la quinta estocada y al segundo decabello. Un toro noble que salió aplaudido en el arrastre el que se le ha ido a Rivera Ordóñez y es que, de donde no hay, no se puede sacar. Julián López, El Juli se ha ido de la plaza con una oreja que sacó a su segundo toro. Con su primero estuvo trabajador, corriendo al toro y robando dos naturales y una trinchera que gustaron pero que no dijeron mucho. Mató a la segunda de media estocada desprendida. Con el segundo salió más decidido, más dispuesto ante un toro de 514 Kg que arrancó con bravura al caballo. Brindó a un público que estaba con él y comenzó a dar tandas dulzonas pero sin fondo. Sonreía el Juli mientras miraba a su apoderado Roberto Domínguez pero en uno de los pases el toro se revolvió y cogió al diestro provocando momentos de incertidumbre. Valiente se levantó con la ayuda de un Rivera Ordóñez que estuvo presto al quite y la faena cobró más intensidad. Mató a la primera de suerte contraria y una estocada desprendida. El público le concedió una oreja a una faena que no tuvo el fondo necesario. Eduardo Gallo pasó por la Ribera sin decir mucho. El primero comenzó embistiendo lento pero no se supo lidiar con paciencia y acabó asustando a un Gallo que parecía no matar nunca. Tras un aviso, tres intentos de estocadas y cinco puntillas el toro dejó de vivir. Con su segundo más de lo mismo, el negro meano bragado y corrido tiro al caballo con ganas y salió humillando. Desarmó al torero en su primer intento de pase y de lidia nada de nada. Volvió a matar tarde tras un aviso, cinco estocadas y el descabello dan que pensar. En resumen, una tarde de mala de toreo con toros más que suficientes. Sólo un torero, el Juli se ha salvado y con matices. Para mañana toros de la ganadería del Puerto de San Lorenzo para los diestros Enrique Ponce, Sebastián Castella y Salvador Vega. |