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Con un lleno en los tendidos, se lidiaron erales excelentes de Dos Peñas, bravos, encastados, con clase, calidad y recorrido. Inmejorable debut de la ganadería del joven Boloncho González. Isaac Chacón: Silencio y vuelta. Chavalillo: Silencio y silencio. Jorge Sotelo: Oreja y palmas. Y nos fuimos a esta hermosa población del estado de Hidalgo que nos recibe con una iglesia del siglo XVI, ahí vimos a Isaac Chacón, quien tuvo un primer ejemplar de nombre “Amigo”, estupendo con el que su comedida intención no fue suficiente para haber podido aprovecharlo con cabalidad. Lo mismo ocurrió con el cuarto, su falta de mando y carencia de mejor técnica le llevó a ser desarmado y hasta sufrir un feo arropón por fortuna, sin consecuencia. Dejó una entera y hubo necesidad de un descabello para acto seguido dar una vuelta. Al tercero… “Lagunero” el hasta hace unos segundo niño Jorge Sotelo, le hizo una faena pletórica de entusiasmo destacando con la zurda una serie suave y templada que acabó siendo la locura de todos los aficionados que llenaron a reventar la plaza Paco Ortiz. Después de un espadazo entero, consiguió por unanimidad, dos orejas. Con el que cerró plaza, cambió la actitud del novillero y se impuso el encastado burel que sólo requería mando y aguante. Chavalillo fue un desastre su actuación. Huía del bravo encastado… extraordinario “Chilero” antes que embistiera y, así no se puede estar con un astado para conquistar el triunfo. Peor, si cabe, estuvo con el quinto y nos permitimos subrayar que un castigo excesivo en varas, no sustituye las diferencias del novillero. Del ganado de Dos Peñas, señalaremos su feliz debut, bien presentado, bravo, encastado, con clase, calidad y recorrido, lo que habla muy bien del joven ganadero, Boloncho González que cumplió y con creces al público. |
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