Con un cuarto de entrada se han lidiado tres novillos de Sánchez Fabrés y tres de Sánchez Arjona, de juego desigual.
Pedro Carrero, silencio y silencio tras aviso.
Manuel Fernández, silencio tras aviso y silencio.
Jesús Fernández, vuelta y silencio tras dos avisos. Cada día entiendo menos, como es posible que una empresa como Taurodelta que regenta la Primera Plaza del Mundo, pueda programar una novillada como la del día de hoy. Con novilleros con tan poco rodaje, bagaje y experiencia, que entre los tres acartaleados apenas suman un total de cinco actuaciones en la temporada pasada. El primero de la terna, de los madriles con una sola actuación, el segundo, de Dos Hermanas (Sevilla) con tres paseíllos y el tercero, de San Boi de Llobregat (Barcelona) con solo un festejo en su haber. Y para más INRI, se traen unos nobles y encastados utreros, de los hierros de los herederos de Alfonso Sánchez Fabrés y otros tres de Sánchez Arjona, todos ellos procedentes del cruce de encastes entre Santa Coloma y Coquilla, que como se dice ahora en el moderno argot taurino, se dejaron. Los tres primeros de Fabrés, para hacerles verdaderas fiestas y lograr un triunfo sonado, pero ¡quia!, ninguno de los chavales estuvieron por la labor, medio, medio se salva el Catalán que logró los mejores momentos ante el tercero del festejo. Fue una insulsa tarde veraniega con tan alta temperatura que casi nos derretíamos con el calor de la piedra de los tendidos, menos mal que al final, sopló el viento que tanto hace daño a la lidia, pero que en estos tiempos de canícula refresca, y en el que cerró festejo apareció la lluvia. Muchas palmas se escucharon desde los tendidos, de un público festivo y mayoritariamente peregrinos del JMJ que no quisieron perderse el espectáculo taurino de la capital. De los seis utreros lidiados, fueron aplaudidos camino del desolladero los tres primeros y los restantes silenciados, una novillada muy dispareja, tanto de peso, trapío y defensas; dos de ellos: el primero con muy poca fuerza pero claro en sus embestidas y el segundo con las fuerzas justas, pero también muy manejable, sin pegar un derrote; el garbanzo negro fue el sexto, que se las traía, y le pidió el carnet a Jesús que se las vio negras para despacharlo. Peso medio en la romana 489 kilos. De los toreros poco hay que decir ya que se dejaron ir una buena oportunidad para salir adelante, a los tres les tocó un novillo potable, francos y derrochando nobleza. Se puede decir que los tres protagonizaron un verdadero sainete. Carrero con la derecha Pedro Carrero, mucha voluntad y decisión ante el que abrió plaza, pero sin llegar a rematar labor por ninguno de los dos pitones del claro novillo de Sánchez Fabrés. Pase de pecho de Carrero Muy soso estuvo ante su segundo, no teniendo las ideas claras.
Manuel Fernández con la diestra Manuel Fernández, falto de rodaje y eso se nota mucho; su primer novillo iba pero el chico no, siempre perdiéndole pasos en cada muletazo y fatal con el acero. Ante el quinto tuvo que tomar el olivo al tratar de lancear con el percal por su falta de colocación y fue una verdadera pena con la franela, ni un pase relevante por ninguno de los dos pitones, mejoró algo con la espada, pero se fue sin pena ni gloria el de Dos Hermanas.
Jesús Fernández con el capote Jesús Fernández, fue el que mejor estuvo, especialmente ante el tercero del festejo, un novillo de excelentes hechuras que embestía con claridad y entregado en el último tercio, para mi el mejor del encierro, logró ligar cuatro redondos con la diestra pero sin mayor transmisión, a más fue tanto en la segunda como en la tercera tanda por ese buen pitón, finalizando quehacer con un desplante genuflexo en la misma cara del utrero. Tras una aparatosa voltereta, estuvo valiente y con ciertos detalles toreros, hizo lo mejorcito de tan insulsa tarde; con el arma toricida dejó una estocada entera ligeramente contraria pero efectiva, quizás eso le valió la vuelta al anillo.Jesús Fernández dando la vuelta al ruedo El que cerró plaza fue un novillo manso y con peligro al que había que hacerle bien las cosas y el catalán no está para estos menesteres y pasó las de Caín ante tal regalito. Pesado se puso con los aceros, escuchando dos recados desde el palco.
De las cuadrillas, nada de nada; apenas logró ser aplaudido el varilarguero Miguel Ángel Herrero en el cuarto de la tarde. Total, una pena de festejo. |