La corrida de Bañuelos ha pasado por Las Ventas con más pena que gloria. De presencia aceptable en conjunto y pocas excelencias que contar en la lidia: cinco mansos y un lisiado sustituido por un toro de Adelaida Rodríguez, manso también para no desentonar. Parejos en bravura. 'Aguilucho' toro de la confirmación y... premonición de la mansada Jairo Miguel confirmo con Aguilucho que era un toro gordo y bonito de cara, justo de presencia para esta plaza. Que repite noble y flojea de salida. Nota baja en varas: empuja con el izquierdo en la primera entrada y tardea en la segunda. Su comportamiento fue muy irregular en toda la faena, en banderillas también. Poco fondo y algunos problemas mostró en la faena de muleta; pasó sin codicia por el derecho y amenazó por el zurdo. No dio posibilidades de éxito.
El segundo de la tarde, Farandulero de nombre, se despanzurró en el primer lance de manera extraña y quedó descoordinado. Fue devuelto y le sustituyó su hermano de camada Roqueño, negro listón bragao y meano; gordo apretao y capacho de cuerna. Repite de salida y se naja en busca de chiqueros. Se afeó al perder la vaina y parte de un pitón. Aguantó un puyazo largo y tomó el segundo en la huida en el caballo reserva. En el inicio del último tercio fue pegajoso, luego tardeó y soseó y punteó por ambos. Fue manso deslucido, y aunque noble, no dio opciones a Víctor Puerto. Besuguero se lidió en tercer lugar, negro, silleto y bajo, justo de trapío. Repite y sale suelto del capote de, y en varas, aunque se dejó, no pasó de cumplir. Tampoco fue notable su comportamiento en banderillas. Repitió por bajo en la muleta al inicio para después recelar, no entregarse y sacar la cara por arriba. Se rajó al final; tercero y tercer manso descastado. La media era buena... ¡Qué digo!, mala. El cuarto había sido bautizado con acierto como Anda Poco, lucía el hierro de Adelaida Rodríguez, era veleto y escurrido de carnes. Flojea y es templado –quizás una cosa lleva a la otra-. Al caballo llega con poca entrega y salió de él apagado tras dos puyazos misericordes. Anda Poco, anda cansino en banderillas, pero es claro, no muestra complicaciones. Se las había guardado para el último tercio que desde el primer envite por el pitón derecho buscó carne, se frenó y quedó debajo. Por el izquierdo nos pareció más bondadoso, pero no tuvimos tiempo de analizar su comportamiento, Puerto le mandó presto al otro barrio. En quinto lugar Capea lidia a Bomitero, castaño bragao y meano. Es serio. Le cuesta embestir y saca la cara alta. Pelea bien en su primer encuentro con el caballo y se repucha del segundo. Éste fue complicado en banderillas... cortó. Se entonó por bajo un suspiro y repitió varias arrancadas; por el diestro se puso mirón y complicado buscando el bulto; se dejó más por el zurdo aunque sin entrega, sin humillar y midiendo al torero. Buena estadística para malos resultados: cinco mansos de cinco... Regaliz cerró plaza, era negro y barrigón, hondo y bien armado. De salida fue agobiante en el capote de Jairo Miguel. Con puyazo y picotazo se cambia el tercio –esto ya va siendo una plaza popular-. Su mayor virtud apreciada fue su humillación que la mostró hasta en banderillas. Se arrancó de largo y parecía que Regaliz iba a regalar algo. Poco. Algunas tandas diestras en las que quiso más que pudo, y una zurda interesante, pero discontinua. Le falló la fuerza y el fondo de bravura. Le enlotamos con los cinco lidiados anteriormente y completamos la corrida de mansos. Una gozada... con cursiva. |