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Vaya tardecita nos espera, decían en el 7 según iban llegando a la plaza y se enteraban que desde el domingo por la noche, que era cuando había empezado a llover, la empresa no había protegido el ruedo con la lona y que a las 5 de la tarde de hoy habían comenzado a repararlo. Estaba claro que no les interesaba celebrar la corrida, sobre todo al ver las inclemencias...de la taquilla, que no del tiempo, al haber vendido menos de un tercio del aforo. Pero como había dejado de llover no les quedó otra que arreglar el albero, eso sí, anunciando que la corrida comenzaría con retraso de un cuarto de hora, que al final se quedaría en diez minutos ¿La autoridad no tiene nada que decir al respecto? ¿Los aficionados que pagamos no tenemos derechos? ¿Para esto quieren sentar a taurinos en la presidencia? ¿La Comunidad tampoco se pronuncia al respecto? ¿Y el Centro de Asuntos Taurinos con su mudo y sonriente gerente tampoco? Vaya éxito los carteles que han preparado para la feria del Aniversario de este año. Pues en cuanto han quitado a las figuras de ellos ya se ve cómo responden los abonados a esta feria no obligatoria. Desertando. Y los pocos que seguimos, muy enfadados con los culpables, es decir con todos los relacionados con el mundo del toro, pues todos son culpables del penoso espectáculo vivido hoy en Las Ventas.
Por qué no se pusieron las lonas y se empezó tan tarde a acondicionar el ruedo? Pero es que luego, al ver el desfile de mansos, descastados e inválidos (sólo se devolvieron dos pero pudieron ser más) que fueron apareciendo por el ruedo nuestra indignación fue en aumento y terminaríamos protestando a la empresa (¡ladroooones!), al palco (¡toro plas plas plas!) y a ciertos espectadores “listillos” que nos llevaban la contraria cuando pedíamos la devolución del sexto, que terminaría por derrumbarse y al final se cambiaría (¡tonto, tonto!). Con este vergonzoso encierro de medios-toros no podía existir corrida alguna.
Y con ella se estrellaron los toreros. Rafaelillo, curtido en matar corridas duras, sólo fue una caricatura con estas reses basura, mostrando que en cuanto se le saca de esas corridas está perdido y queda desnudo técnicamente. De acuerdo que tiene que haber toreros de diferentes estilos, pero a éste, en cuanto la épica desaparece es incapaz de dar la talla. Algo parecido le sucede al arnedano Urdiales, quien por más que se esforzó y lo intentó nunca llegaría a calar en los tendidos semivacíos. Y además poniéndose pesado a veces.
El que sorteó un medio-toro moderno pero con algo de poder (único que tomó dos varas y no picotazos simulados como el resto) para desplazarse y seguir los engaños fue Matías Tejela, con el tercero de la tarde. Y con este ejemplar y su muleta levantaría los únicos olés de la tediosa corrida, aunque al rematar su trabajo con dos inmundos navajazos en los bajos (casi en el costillar) todo quedaría en agua de borrajas. El sobrero de Valdefresno que lidió como sexto bis era otro inválido (al que el señor Trinidad en el palco se obstinó en mantener), aunque luego, en cuanto Matías le intentó alargar las embestidas por abajo también se derrumbó.
En resumen, los del 7 se fueron muy enfadados, porque habían pagado por ver una corrida de toros y no hubo toros, por lo que tampoco hubo corrida. Y además empezó tarde por culpa de los culpables, la empresa por no querer y la presidencia por no exigir seriedad. Y si ya no hay seriedad en Madrid ¿a cuento de qué esta feria del Aniversario, con los carteles, tanto en toros como en toreros, más pobres incluso que los del verano? Molés, dí algo ¿O es que estás también en el ajo?, decían al final los del 7.
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