|
Tan solo el tercero se escapa del titular, el resto, clones en comportamiento: mansos y descastados. ¿Es condición, o se selecciona esto? Lamento que pueda ser lo segundo. Gaitero, herrado con el 83, negro como toda la corrida –de pelos y emociones-, aunque le faltaba cuajo se tapaba por la cara, era serio por delante. Embistió corto y con dulzura en la capa de Matías Tejela. Cumplió bien en varas, aunque sin poder y empujando sólo con el pitón izquierdo. Había sido dócil en los dos primeros tercios, en el tercero sacó boyantía y repitió con clase por ambos pitones, más profundo por el zurdo –lo había dicho en el caballo-. Tuvo un buen comportamiento para el torero y fue aplaudido al arrastre. Tejela se las vio al cierre de la corrida con Girondo de Los Bayones, que había sustituido a Limón por flojo. Basto, hondo, cornicorto y poco ofensivo era este Girondo. Su presencia en la plaza fue protestada. Había huido de los capotes y en la puerta tomó dos puyazos relámpago –el primero no quedó demasiado claro... Un: Nada por aquí... nada por allí- y se cambió el tercio. Fue fácil en banderillas y llegó a la muleta desecho. Sin entrega y perdiendo las manos inició la faena, la terminó de la misma guisa. Garañito fue el primer toro de la tarde y de Rafaelillo. Bien armado pero de poco cuajo. Es noble pero flaquea de salida. Le falta casta y fuerzas. En el caballo se entrega con poco poder. Le cuidan. Galopó en banderillas y se dolió de los arponcillos; también escarbaría. Repitió por bajo en la primera tanda, se puso a escarbar en la segunda y a descomponer las embestidas. Pronto se le vio el plumero de manso, le faltó poder y casta. No fue válido. Malvarroso fue el cuarto de la tarde, nos pareció más Lisardo que Atanasio por algunos rasgos murubeños en la cara; aunque la penca, la llevaba descubierta. Primero se escupió de los capotes y luego se violentó en ellos. Entre topar y empujar arriba del peto cubrió la suerte de varas. Ninguna excelencia en banderillas y menos en la muleta que la tomaba a regañadientes sin entrega por ambos pitones, y además tuvo poco fondo. No dio opciones a Rafaelillo. Florito y los cabestros un día más salieron al ruedo Diego Urdiales se disponía a lidiar a Cupletero, pero flojeaba de manera clamorosa -si no es así se queda en el ruedo- y fue devuelto; salió Cardilisto, segundo de su lote y que debía haber sido lidiado en quinto lugar. Cardilisto era negro y estaba herrado con el 36, tenía cuajo y una aceptable presencia. Saltó frío, pronto se calienta y repite, y antes, mansea y pierde las manos. Hizo sonar el estribo defendiéndose y tomó el segundo puyazo –es un decir- en la huida sin entregarse. Éste se puso complicado para parear y cortó a los banderilleros. En la muleta fue deslucido, sin entrega sacó la cara por arriba al final de cada muletazo. Soseó cuanto pudo, y pasó sin interés. Pretencioso de Fraile Mazas se lidió en quinto lugar, de poco cuello y de hechuras atanasias embastecidas. Saltó abanto, barbeo tablas, manseó y flojeó –la esperanza es lo último que se pierde-. Pelea sin poder en una primera y larga vara y se duerme en la segunda. En el último tercio berreó, sólo le faltó escarbar –o yo no le vi- para hacer un completo. Sin casta, flojo y bobo pasó por el derecho, y algo más rebrincado lo hizo por el zurdo. Fue toro de poca entrega y fuerzas, además de rajado al final. Otro manso descastado para el desolladero, cinco de seis. Vaya media. Mañana será otro día.
|
|