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Saltó el primero de Palha con recorrido y la suficiente transmisión como para aguantar. Podía haber corrida. Luego saltó el segundo y casi ni se le veía y menos se le sentía. En novillo y flojeras. Al corral. El sobrero de Carmen Segovia resulta ser un marmolillo con repentinas embestidas. La tarde cuesta arriba. Salta otro... ¡eso no es un toro! ¡qué poca cosa! ¡se llama Arbolario II y es un bonsai con zancos! Reparte peligro y se queda quieto parao. El quinto que es el cuarto desarrolla miedo y gana la pelea. El sexto que es el quinto malo, pero ganador de espacios, 650 kilos de espacios en una corrida muy desigual de hechuras. El séptimo que es el sexto ¡al corral!El abuelo se lanza a besar a la guiri y la aburrida y larga tarde se hace risas El abuelo le entra a la guiri en la grada del ocho, el sobrero de Aurelio Hernando sale de chiqueros cuatro veces porque se ha metido tres. La plaza se monda y el espacio, a su manera, tiene sentido. Decía... el octavo toro que hacia sexto de la tarde, un jabonero luminoso que prometía y se vino a menos. Como la mala tarde de Palha.
Bolívar posaba más serio que actuaba. Sin sustancia en el primero hasta que llegaron las postrimerías de la faena y con la izquierda actuó sereno pero ya con el toro sin fuerzas. Con su segundo siempre por debajo porque no estuvo dispuesto a ocupar su espacio. Esto lo castigó el animal dándole miedo hasta hacerlo retroceder. Una tarde de posado y no de toreo la de Bolívar en Madrid.
Salvador Cortés ve como le mandan el primero al muere y como el sobrero se le para en sus narices. Donde no hay no hay y si no vale tíralo que escribía Washintong Irving que decía Miguel Ángel Buonarotti en la novela "El tormento y el éxtasis". No abrevia Cortés y luego mata mal. Con el segundo nos da una clase magistral de aquella escuela a distancia: "CCC" corro-corrijo-y-compongo. Y te regalo una guitarra.
Ajustada chicuelina de David Mora La honestidad brutal de David Mora espaciando más allá justifica la tarde. Ya avisó con el quite por chicuelinas más ceñido de la feria. Ganó la lucha a su segundo a base de quietud y serena valentía. Faltó ligazón y cuajo pero eso queda en el debe del de Palha. Con su segundo, el que hacía sobrero y era un iluminado jabonero de Aurelio Hernando, se estuvo quieto pero a trompicones y faltas que evidenciaban la falta de rodaje. Un soplo en la anodina feria: David Mora.
Y no me voy sin la clase que hoy me ha dado mi Maestro en esto de la Tauromaquia el Sr. Antolín Castro. Me ha tenido toda la tarde fijando los ojos en un ángel de la guarda llamado Domingo Navarro. Ése hombre sabe de espacios más que el Cossío de toros. Un torero y un salvador.
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