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John Sturges dirigió la película que da título a la aciaga tarde de hoy. "Gunfight at O.K. Corral" o "Duelo en O.K. Corral" se titulaba el filme. Uso la película no para relatar la interesante historia verídica que relata sino para decir que hoy hasta nueve toros -cuatro hierros diferentes- se han visto en el ruedo. O.K. Al corral hasta en tres ocasiones. Y pudieron ser más. Ninguno de los hierros, ni los cinco oficiales de Las Ramblas, ni los dos de José Vázquez, ni el de Ortigao Costa ni el de José Luis Iniesta cubrieron los espacios necesarios para Madrid tanto por trapío como por comportamiento. Sobre el trapío y el espacio algún día haremos un tratado pero que sepa hasta el lector más escéptico que lo que ha saltado hoy al ruedo de Madrid es a todas luces inmoral para la fiesta y que aún si se hubiesen comportado como los toros más bravos del mundo esto no pasaría nunca como una corrida de toros. Sería como cantaba Camarón sobre su nacionalidad: otra cosa de otro país cualquiera.
O.K. al Corral Los tres toreros o cowboys y nunca mejor dicho porque cow es vaca y boys chicos espaciaron o destrozaron los espacios así:
Manuel Jesús ¨El Cid¨ ha sido el damnificado de la tarde viendo como le tiraban todos los toretes al corral. O.K. al Corral. No sé si es para reírse o para llorar. Mimó a su segundo primero - de José Vázquez- hasta sacarle un poco de arte por bajo y con la izquierda. Faena estructurada de fuera hacia adentro a un toro difícil de comprender que espaciaba el tiempo despacio y tenía el suficiente fondo para querer enroscarse al de Salteras. Matolo mal. Con su mal tercero que hacía segundo -de José Luis Iniesta- siempre por fuera y abusando en exceso del pico. Mátolo rematadamente mal.
Indignamente ha espaciado David Fandila ¨El Fandi¨ y además perdiendo inútiles batallas relacionadas con los espacios arquitectónicos y populares de Madrid. Por partes. Sus espacios encuentran sentido en el tercio de banderillas, a veces con el capote te deja boquiabierto pero hoy no; decía de las banderillas y es que hoy ha intentado clavar seis pares y ninguno, ni uno solo ha sido por derecho, ni uno solo a ley, ni uno solo con la verdad por delante, ni uno sólo dejándose la raza en el encuentro. Ni uno solo. Para colmo se enfrenta al tendido que se lo reclama y pone a toda la plaza en contra de este espacio que es y está unas veces bronco y otras harto pero siempre con una opinión crítica y las más de las veces constructiva exceptuando las evidentes excepciones que confirman la regla. Prueba de la razón del citado tendido es que calló para dejar que el matador se estrellase solo con su mantita roja que en otras manos se llama muleta y sirve para torear. El Fandi sigue sin saber para qué sirve la muleta, recuerda a Bis, el amiguito de Snoopy que ama su mantita y la lleva a todos los sitios.
Arturo Saldívar que sustituía a Curro Díaz justificó el espacio ocupado echándole miedo al asunto. Su primero opta a ser el ganador del trofeo que se entrega al toro peor presentado de la feria, sólo era cuernos sin cuerpo para empujar. Entre los citados cuernos se metió Saldívar haciendo gala de una actitud digna de la plaza de toros que ocupaba. Se tiró a matar por derecho y aunque la estocada cayó tendida y trasera merece los honores que desde estas líneas se le tributan. La historia de su segundo toro se resume -cuán injusto es el toreo- en ganas por parte del diestro y poco interés por parte del toro.
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