|
A la corrida en general le ha faltado casta, su presencia no pasó de aceptable, algunos despuntados en demasía. Si produce rechazo ver a un toro despitonado, mucho más, si además, luce los crotales puestos como muchos de los toros lidiados hoy. Con esto, el semblante de toro bravo se difumina y viene a la mente la estampa de un toro manso... Cuesta poco, menos aún cuando ha habido que meterles en un mueco. Señorito I fue lidiado por Fermín Bohórquez, era gordo y bastote, pobre cara y expresión de novillo. Saltó con poco celo e hizo amago de rajarse tras el rejón de castigo; en banderillas espabiló al final del tercio y sus embestidas resultaban codiciosas. Fue manso con casta en el último tercio yendo a más. Bueno en conjunto para la lidia. Bohórquez se ha llevado el lote, su segundo, cuarto de la tarde, salió con píes, y también se distrajo durante el primer tercio para ir a más. Veleto –no por su cuerna-, así había sido bautizado, mostraba buenas hechuras, serio y largo como un tren y pertenecía al hierro de San Pelayo (único lidiado hoy). En banderillas se vino arriba y fue pronto y codicioso; se arrancó de largo sin apretar en la reunión. El mejor del encierro según nuestro criterio. Pablo Hermoso lidió a Canastita, que era negro como toda la corrida -el primero de la tarde además bragao-, de hechuras murubeñas, algo silleto y pobre de cara. Husmeó tablas pero no se decidió a brincar de salida; se encela y persigue franco a la cabalgadura en el primer tercio. En banderillas, aunque tiene fijeza y da juego, mostró querencia a los adentros. Fue noble y soso, y terminó demasiado quedado. Su segundo respondía a Espiguito, ligeramente capacho de cuerna y cuajado, muy murubeño de tipo. Saltó frío y se distrae tras el rejón de castigo y busca los tableros. En banderillas se comportó manso y descastado; y, aunque noble, fue deslucido y muy parado al final. Manejables fueron los toros de El Capea pero también descastados Dos Señoritos ha habido esta tarde -me refiero a los toros-, Señorito I lidiado en primer lugar y este Señorito II. Hizo la mejor salida de la tarde, embistió con pujanza en sus primeras acometidas y luego quedó algo gazapón en banderillas. Mostró buena presencia, con largura y cuajo. Templó sus acometidas en banderillas sin pestañear y sacó buen fondo. Fue muy claro, bravo y noble. Africano cerró la tarde, de púas delanteras (léase despuntado), hondo, serio y cuajado. Fue frío de salida y muy reservón. Le faltó casta desde el primer momento y en banderillas estaba apagado. Respondió sin celo a la provocación aunque su comportamiento fue manejable.
Siempre pedimos casta, cuando se trata de rejones, más; la sensación que da un toro parado o feble tras un caballo resulta anodina; para buscar el equilibrio en estas corridas, se debería apostar por encastes más agresivos y el espectáculo ganaría emoción. |
|