A los 73 años de edad, víctima del cáncer, falleció en la madrugada de ayer el gran subalterno nacional Félix Rivera Valega.

Nacido el 16 de mayo de 1932 en la localidad de Supe, al norte de Lima, debutó como becerrista siendo un niño y se hizo novillero cuando no había cumplido los 15 años de edad. Luego de varios años de participar con relativo éxito en festejos de Lima y provincias, decide hacerse subalterno e inicia una carrera brillante entre los hombres de plata integrando la cuadrilla de las máximas figuras que desfilaron por Acho en las últimas cuatro décadas del siglo pasado. Eficiente banderillero, sabía estar y desplazarse dentro del ruedo con esa cualidad que tanto aprecian los matadores y que alguna vez alguien definió con la frase estar, sin estar que no es otra cosa que desarrollar su labor sin afán de figuración, que podría ir en detrimento del protagonismo del diestro al cual asiste. Ello y su extraordinario capote, lo convirtieron en  el mejor y más reclamado peón de brega nacional, durante el tiempo en que estuvo en activo.
 
Se despidió de los ruedos, el domingo 29 de noviembre de 1998 durante la quinta corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros, cuya crónica en verso empecé de la siguiente manera:

Gastañeta cortó oreja,
José Tomás: magistral faena,
Rivera Ordóñez pasó por Acho
sin dejar huella en la arena.

Cuatro hierros diferentes,
un común denominador:
mansos todos, no el tercero,
que, sin duda, fue el mejor.

Luego que su matador, el nacional Rafael Gastañeta, diera muerte al cuarto de la tarde con una  soberbia estocada que le valió la única oreja de aquella fecha,  Félix Rivera se despidió del  público con apoteósica vuelta al ruedo, entre palmas y lágrimas. Aquel hecho lo consigné en la mencionada crónica en la cuartilla que dice:

Félix Rivera, gran subalterno,
51 años en activo,
se cortó la coleta en Acho,
fue un adiós emotivo.

Caballero dentro y fuera del ruedo fue respetado y querido por quienes le conocimos o aquellos que trabajaron a su lado, y es ejemplo del profesional que todo joven torero debería emular.