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Era tal la superioridad del hombre con respecto al animal que daba vergüenza presenciar la simulada corrida de hoy. Adiós amigos, adiós toros de Montecillo, adiós a los toros del bostezo, al toro colaborador y al que espacia sus tristes kilos por el ruedo venteño. Adiós.
Uceda Leal siempre por encima de sus bobos digo de sus toros. Se pudo lucir con su primero y hasta darse espacios de importancia pero nunca de cuajo ni ligazón. Llovía mucho. Su segundo se rajó clamorosamente. Hacía mucho viento.
Fandiño y el pase cambiado Por varias razones Iván Fandiño ha cortado una oreja en su primera actuación, a enumerar: las ganas, pases sueltos de cartel, tres ceñidas bernardinas y un estoconazo. Justo premio hubiese sido si hubiese tenido enfrente a un enemigo digno pero como este no apareciese hoy por la plaza quédese la oreja en un mero y simple premio. Destacar solo de su segundo que su vida terminó aburrida de sí misma.
Miguel Tendero no ha toreado; mejor dicho: Miguel Tendero acudió a la plaza y salto al ruedo ¿A qué? No lo sé. Los espacios aun se interrogan entre sí.
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