La corrida jugada hoy ha tenido su interés, sobre todo, en el último tercio. En el resto de la lidia y en presentación, ha estado rayana con lo mínimo exigido en esta plaza.

El toro cornalón que abrió plaza

Abrió plaza Bribón –y lo fue- que lucía, él y sus hermanos, divisa negra por la reciente muerte de su propietario don Juan Pedro Domecq. Era cornalón pero carente de remate, al que su cuerna le daba seriedad por delante. Embistió sin entrega al capote de Uceda Leal y amagó con rajarse finalizado el saludo. A la postre fue el más manso de la tarde. Tomó un puyazo con fijeza y en el caballo reserva se repucha y empieza a mansear seriamente. Pocas opciones dio a Uceda este toro; anotamos cuatro arrancadas codiciosas antes de ponerse arisco y seguidamente corta el viaje desarrollando cierto peligro para el matador. Festivo fue el cuarto de la tarde, mostró seriedad de hechuras y de comportamiento en la salida, repitió codicioso al percal manejado por Uceda Leal. En el caballo no quiso guerra, y al salir de él era la mitad. Se defendió en banderillas echando la cara arriba y llegó al último tercio con muy poco fondo. Repitió templado por derecho muy venido a menos, casi parado, por el zurdo. Fue un toro noble al que le faltó casta, pero tuvo el temple y las embestidas suficientes para el lucimiento de Uceda Leal. Fue arrastrado entre pitos y palmas.

Juan Bautista despenó en primer lugar a Viñeta, un toro bajo, muy justo de trapío y poco musculado. Viñeta no dejó al torero francés acoplarse con el capote. En varas embistió con un sólo pitón en un castigo estándar: puyazo y picotazo. Aunque escarbara en banderillas acudió claro a los embroques. Su falta de casta y fortaleza hizo que llegase al último tercio flojo y desfondado. Se arrancaría de largo en varias ocasiones por el lado derecho y terminaría muy parado por el contrario. Fue soso manejable. El quinto y segundo del lote de Bautista, fue el mejor toro de la tarde, según nuestro criterio, para la muleta. Lucía pelo negro, era bragao, meano y jirón. Desde la salida se mostró claro por el lado izquierdo, su lidiador se empecinó en el derecho. Había saltado encogido Jergoso, que era su nombre, y salió suelto de los lances de recibo, su comportamiento no era halagüeño. En varas también empujó –con el que parecía su pitón maestro- con el zurdo. Y fue a partir del segundo tercio cuando se empezó a vislumbrar que podía ser bueno en la muleta... Y lo fue. Tuvo un inicio codicioso, franco y repetidor. Más templado por el lado de los cortijos, y que había mostrado durante toda la lidia.

Falador que fue el tercero de la tarde, aunque cuajado, era feote, bizco del izquierdo y negro axiblanco de reseña. Embestiría brutote de salida para ir yendo a menos como las gaseosas. La corrida ha estado muy justa en varas; como casi todos, Falador tomó un puyazo –de largo- bueno y luego le cuidaron... Había blandeado. En banderillas empezó su recorte de la embestidas, y lo culminó en la muleta, que aunque noble, fue acortando y embistiendo sin humillar. Fue soso y manejable y dio pocas opciones a Morenito de Aranda. Disparado fue el sexto y último de la tarde, de buena presencia y con mucha leña por delante. Bautista no había entendido al buen quinto, y Morenito pareció hacerse solidario. Disparado embistió con brío y claridad de salida, y se fue en arranque propio al caballo pasando de revirón sin ser castigado. Hizo una suerte aceptable: se empleó con el izquierdo en la segunda y luego se durmió en la tercera entrada. Más feo se puso en banderillas: escarbó y esperó midiendo en el tercer par. Mostró vigor en la muleta y embistió encastado por el derecho en varias tandas, transmitiendo interés a la faena. No le vimos por el izquierdo.

La corrida ha raspado el aprobado, quizás, si los matadores hubieran estado más lúcidos podrían haber elevado su nota... Cuando no es por Juan, es por Pedro... ¡Qué cruz!

Hasta mañana.