Los toros Juan Pedro Domecq -que en paz descanse- adolecían de ambición y más de uno de espacio suficiente para ser aprobados en la plaza por excelencia. La excepción que confirmaba la regla era Jergoso que demostró en la muleta ser más bueno que el pan y cubrir espacios de gana.

Uceda Leal templa pero no quema. No para los relojes pero sí hace que el segundero se tome su tiempo. Luego un cañón que destruye espacios hace el resto. No ha sido una resurrección pero quién dijo que estaba muerto...

Muy poco ha dicho Juan Bautista en esta feria

La pretensión de Juan Bautista se diluye en un espacio que a nadie implica. Perder pasos en el toreo es aspirar a ser mediocre y produce recelo en el tendido. No aprovechar las bondades de Jergoso es carecer de codicia y levantar sospechas.

Morenito de Aranda tenía una apetencia: gesticular por algo que no estaba haciendo. Extraño fenómeno teniendo en cuenta que los espacios a los que hay que dedicarse se encuentran abajo y no arriba. Tuvo Morenito un lote suficiente para hacer las matemáticas básicas que exige Madrid para salir por la del arco mozárabe pero quizás beber de fuentes contemporáneas no sea beber de agua potable y atragantarse cuando se carece de experiencia es harto fácil.