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“Otro insufrible día de calor y aburrimiento. Otro cartel basura y de relleno. Lo único entretenido es poder admirar los tendidos casi repletos de espectadores que todavía pagan religiosamente por ver los “maravillosos” carteles preparados por la empresa Taurodelta, aprobados por el Centro de Asuntos Taurinos (gerenciados por el perínclito señor Abella) y bendecidos por la mayoría de los juntaletras pesebreros, intentándonos “vender” que esta sí era la gran feria de despedida de San Isidro organizada por esta empresa. Mentira, era mentira”. Estas y reflexiones parecidas eran las que se escuchaban a la salida apresurada de la mayoría de aficionados del 7 al final de la corrida de hoy.
Los únicos aficionados (pocos) del 7 éramos los que protestamos algo (no mucho, el resto de la plaza a tragar) al ver el desfile de los medio-toros (eso sí, algunos de enorme volumen y romana) de El Vellosino (la primera del monoencaste imperante) que fueron desfilando hoy por el ruedo. Todos ellos bien presentados, lustrosos de lámina, con buenos solomillos, pero..¿eran de lidia?. Eso sí, bien educados y estúpidos (nobles los llaman los taurinos), que permitían el seudotoreo (con el medio-toro sólo se puede llegar a esto) que intentaban los tres actuantes y que los seudoperiodistas del ciclo intentarán ahora justificar, diciéndonos que si éste iba mejor por el derecho, que si aquél por el izquierdo, que si no acertaron en las distancias o en los terrenos, que si Uceda estuvo académico y frío pero sin romper, que si Abellán no se pareció al del año anterior, que si Pinar (una de las máximas expresiones de los pegapases que predominan en el escalafón) desaprovechó las embestidas del último, que si a éstos los cogen las “figuras” salen a hombros, que si..., que si... Todas burdas especulaciones y falsedades.
Un pase de pecho de Pinar Y ya vamos por la segunda de relleno. Los del 7 salíamos cabreados pero al menos sabíamos el porqué. Sin embargo, los “claveleros” iban pensando que hoy no les dieron muchos motivos para aplaudir pero sin saber a quién culpar (no aparecía en los programas de mano y tendrán que leer la prensa mañana para ver qué se dice y hacerse una opinión) y los “isidros” pensando que venir del pueblo o en el metro a pasar calor y aburrirse, porque ningún torero se ha acercado a la solanera para poder romperse las manos aplaudiendo, ha sido una tarde perdida, pero ya vendrán tiempos mejores. Por ahora sólo dos “petardos”. La feria es joven aún.
Mañana los aficionados del 7 estaremos con la esperanza de que los toros de “Pichorronco” demuestren que el año anterior no vinieron a Madrid (la dieron en Céret, Francia y fue un éxito) por culpa de la empresa y la pongan a ésta en evidencia, en su verdadero sitio, no con el “premio” que le dio la CAM con su prórroga por un año más. Pero ya se sabe que si la corrida sale “fiera” los taurinos dirán que no vuelva, que es intoreable, que “no deja crear arte”. Ya lo hicieron el pasado año con los novillos de Moreno Silva y los han quitado en éste. Y si fracasa, es decir, si por “floja” se cae, los juntaletras-pesebreros a hacer leña del arbol caído y a querer convencer de que tampoco vuelva (pues no es del “monoencaste” de los toros artistas). Según esto último, preguntamos ¿por qué vienen repitiendo entonces todos los hierros que llevan fracasando en Las Ventas un año tras otro, señor Abella?
Pepe Escolar lo tiene difícil. Habrá que estar atentos en el 7 para comprobar si se la quieren cargar en varas. Pero la esperanza es lo último que se pierde. Si no, hace muchos años que habríamos dejado de venir.
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