En la cuerda floja bailaron los seis del Vellosino y cual funambulistas carentes de fuerza y raza uno a uno se vieron precipitados a espacios o abismos dedicados al olvido. Un pitó derecho...unas pizcas de nobleza... Memorias. Uceda Leal, espacios a contracorriente; el albero convertido en caudal y Uceda metido en el río para remar ante la nada que ofrecía resistencia. Se contagiaron el uno del otro y acabaron en cascadas que derivan en espuma que se esfuma como nitrógeno líquido. Miguel Abellán tres espacios tres distancias. De lejos no, a media distancia no y encima no. Sin lote y también sin ansias de toreo. Espacios de toreo débil y ofuscado reflejado golpes a la pala de un adormilado pitón. Miguel Abellán con la derecha Rubén Pinar, espacios de engaño. Sus toros hacia fuera y las ilusiones fuera. Fuera son los espacios que crean desinterés y derivan en hastío y olvido; fuera son los espacios que deliberadamente cubre Pinar hallando el aplauso mas no el reconocimiento. Su primero se armaba con un potable pitón derecho y Rubén no lo supo espaciar por derecho sino por fuera y con dudas. Y las débiles bondades de su segundo las cubrió pero por fuera.
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