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Con buena entrada, más de los tres cuartos del aforo cubiertos se lidiaron toros de Manolo González, el quinto de Salvador Domecq, mansos y descastados y de baja presencia. Juan Mora, silencio en ambos.
Curro Díaz, ovación con saludos en el único que mató (cogido en el 5º).
David Fandila “El Fandi”, ovación con saludos y silencio.
La visión, antes de empezar la corrida de un pájaro negro: urraca, mirlo, milano da igual, pero negro, posado sobre el mástil de una bandera, no nos despertaba el mejor de los augurios; y así ha sido. La tarde ha sido horrorosa en cuanto al comportamiento de los toros, descastados flojos, reservones algunos, muy mal presentados y para colmo Curro Díaz terminó herido por el quinto de la tarde. A cualquier realizador sensible a los malos bajíos, no se le hubiera ocurrido conceder ese plano en una corrida de toros. Que se tenga en cuenta. Mora desmayado El primero de la tarde fue Profeta -posiblemente con su comportamiento dejaba claro que iban a hacer el resto-, tostao de pelo, cornicorto, cuajado pero anovillado. Fue aplaudido Juan Mora al llevar el toro al caballo a una mano después de un quite por delantales de poco lucimiento; tampoco se pudieron lucir en banderillas los rehileteros. Toda la lidia de este toro ha sido muy ordenada, se notaba la maestría. Inició por bajo Juan Mora el trasteo, con gusto, pero el toro duró lo que una lumbre de papeles, nada. En la primera tanda por el pitón diestro empezó a rajarse. Hubo alguna serie lucida provocándole. Gusta ver a este torero; tiene sabor, y fue capaz de construir algunos buenos muletazos que resultaban carteles, pero, faltaba la emoción que debe trasmitir el toro. La estocada fue bellísima de ejecución, sin serlo en efectividad. El cuarto respondía a Buscalíos, colorao bragao de reseña, y sin cuajo de toro además de rarete de pitones. Toreó Mora con elegancia a pies juntos. Se lució en el quite con la capa quedando empañado al no poder rematarlo por perder el capote. Solvente estuvo Palomeque y hábil Cabas de sobaquillo en banderillas. La faena fue breve -como tiene que ser- por culpa del comportamiento del toro. Mora lo intentó por uno y otro pitón; él, sereno, Buscalíos rebrincado. Punteando y embistiendo descompuesto. La Maestranza se aburría; Mora entró a matar y se le fue la mano a los blandos.
Curro Díaz toreando al natural a su primero Curro Díaz lidió en primer lugar a Victorioso, que era avacado, astigordo, largo y silleto; luego descubrimos, manso, descastado y rajado. Blandeó de manos y se paró nada más iniciarse la lidia. Le protestan; Valle Quinta no le pica. Hubo un intento fallido de José Manuel Montoliú al dejar un sólo palo; en el segundo si logró el lucimiento completo dejando los rehiletes en una perra gorda. Brindó Curro al público, Mora también lo hizo en el cuarto y quiero recordar a Fandi en el tercero. No entendí ninguno. Trasteó seguro el de Linares por bajo y le jalearon la primera tanda diestra. Se curró al toro y consiguió algunos muletazos zurdos con largura y buen trazo, pero ayunos de emoción alguna. Cobró una buena estocada con lentitud y fue pitado al arrastre Victorioso. Su segundo y quinto de la tarde perteneció al hierro de Salvador Domecq, mostraba buenas hechuras y algo más serios que los corridos hasta ahora, pero su comportamiento fue como el de los de Manolo González, manso descastado y cogido a la arena. Descabalgó a Agustín Navarro en la primera entrada que se había agarrado trasero, en la segunda lo haría delantero, y de ambas no recibió castigo alguno. El tercio de banderillas fue desastroso, Bejarano se puso a esperar y Crespo y Muriel no encontraban la triquiñuela para dejar los palos prendidos. También tanteó por bajo Curro en el inicio y el toro cortaba el recorrido. Topaba la muleta por el derecho, las series resultaban intermitentes, uno a uno los pases por la falta de repetición del toro. Con tesón sacó buenos muletazos por el lado izquierdo, hasta que a la salida de uno de ellos le echó mano Bejarano y le hirió en el gemelo derecho. Pasó a la enfermería y fue Juan Mora el encargado de finiquitar a este quinto manso. Iban cinco. Algo más duró el tercero de la tarde, pero también se rajó.
Fandi en banderillas en el sexto Cataoro fue el mencionado tercero de la tarde, su lidia correspondió a David Fandila “El Fandi”, a este toro también le vimos rarete de pitones. Era basto y de poco trapío, y como no, flojo. En el saludo se pegó una voltereta al perder las manos; Juan de Dios Quinta le cuidó en las dos entradas -léase que no le picó-, hoy los picadores se podían haber quedado en el hotel perfectamente. El tercio de banderillas de Fandi fue, como siempre, muy aplaudido sin importar demasiado la ejecución de la suerte. El de más mérito fue el tercero por los adentros, llegándole mucho a la cara. Repitió el toro en el inicio la pasarle Fandi sin castigo. Siguió toreando para el toro en las siguientes tandas. Ni la medicina moderna de descargar la suerte hizo que Cataoro embistiese. Se volcó en el morrillo y cobró una buena estocada. Sobretodo fue el sexto, y como todos, manso, además éste desarrolló peligro en la muleta. Mostraba hechuras Domecq; era bonito, castaño bociblanco y bragao. Buscaba a alguien en el tendido -el toro- que no debió encontrar por la veces que repitió la recalada. En varas protestó y tiró tarascadas al peto. Lo mejor de este tercio de banderillas fue como sonó Churumbelerías. Sacó genio el toro en el inicio del último tercio. Luego apretó y descolocó a Fandi en varias ocasiones. Por el diestro corta el viaje y por el zurdo hace hilo. Toreando sobre las piernas pudo zafarse de algunos compromisos serios David Fandila. La estocada, mala. La feria peor. Los toros hasta ahora, la mayoría podridos. La ilusión de los toreros que quieren abrirse camino, en saco roto. Las figuras, dispuestas para las ferias de provincias. Así está el patio.
Momento de la cogida de Curro Díaz Parte médico de Curro Díaz: “Herida incisa por asta de toro en cara exterior tercio superior de la pierna derecha con dos trayectorias, una de siete centímetros hacia arriba que rompe el peroné en su tercio superior, y otra trayectoria hacia abajo de 15 centímetros de extensión que rompe fibras musculares del grupo tibial y los gemelos, con desgarro del paquete venoso tibial. Se procede a reducción y cerclaje con material reabsorbible de la fractura. Se suturan los grupos musculares con colocación de drenaje y férula de yeso para contención de la fractura. Pronóstico grave”.
Se desmonteró José Manuel Montoliú. Hasta mañana. Así lo hemos visto por televisión, y así se lo hemos contado.
Fotos: lamaestranza.es
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