Con casi tres cuartos de entrada se han lidiado toros de El Torreón, de juego desigual y con un quinto extraordinario, al que se otorgó el indulto. Enrique Ponce, ovación en el único que mató El Cid, oreja, oreja y silencio Jesuli de Torrecera, oreja y dos orejas y rabo simbólicos. Era el quinto y se cumplió el dicho "no hay quinto malo". De nombre "Líbiano" y de pelo castaño. Ese fue el toro al que simbólicamente Jesuli de Torrecera le cortó el rabo y en el que estuvo muy bien. Que el indulto fuera el premio ajustado a su comportamiento, ese ya es otro cantar, pero así están las cosas en Andalucía, donde parece que el nuevo reglamento está vigente y se avecina una lluvia de ellos. Ya lo había estado en su primero si bien la oreja fue de menos peso. Ponce resultó herido en su primero y tras colocarle un corbatín, pues sangraba por la pantorrilla, mató al astado. Resultó con una cornada de pronóstico grave. El Cid, a ratos, ha estado al buen nivel que lleva en esta temporada, pero tampoco el ganado, salvo el extraordinario quinto, ha dado mucho más de sí. De todas formas mereció la pena venir a ver el último festejo de la temporada. El parte médico de Enrique Ponce dice lo siguiente: "Herida por asta de toro en el tercio medio de la pierna derecha con herniación de masa muscular de unos 10 centímetros, con trayectoria ascendente y que interesa tejido celular cutáneo, con rotura de masa muscular de soleo y gemelo interno. Intervenido con sedación general y anestesia local bajo protección antibiótica. Pronóstico grave. Trasladado a una clínica de Jerez". Firmado: doctor Julio Mendoza |