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Con dos tercios de entrada, se han lidiado toros de María José Barral, flojos y manejables en general. Destacó el noble tercero, indultado antirreglamentariamente a través de la provocación de El Cid quien no dejó de torerar, mediaron dos avisos, hasta que cedió el presidente tras el alboroto de los tendidos, donde no todos lo pedían, pues hubo lanzamiento de almohadillas tras la decisión. César Rincón, ovación y palmas Enrique Ponce, oreja y dos orejas El Cid, dos orejas y rabo simbólicos y aplausos. |
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