Este domingo 21 de noviembre, cobra una gran importancia, ya que la empresa del Nuevo Progreso de Guadalajara, nos ofrece una propuesta nueva, relacionada con el Rey de la fiesta... el Toro. La fiesta debe girar alrededor del Toro, en su integridad, edad y presencia, esta fundamentada la fiesta con verdad. Cuando el señor vestido de negro aparece en la plaza, en las condiciones antes mencionadas, el espectáculo adquiere su real jerarquía y el público se manifiesta como observador respetuoso y valora con justicia lo que pasa en el ruedo. Por segunda ocasión se presenta la ganadería de Barralva, casa ganadera que tiene presencia tanto en México como en suelo ibérico enviando un encierro con sangre de Parladé y Conde de La Corte, encaste puro español. Algunos se han "rasgado las vestiduras" justificándose en la defensa de la calidad del toro mexicano, que sabemos proviene y se mantiene en un 90 por ciento de la casa del marqués de Saltillo. No se trata de competencia, se trata de diferencia de fenotipo y genotipo, es decir en la apariencia del toro y sus hechuras y los caracteres genéticos diferentes que marcan otro tipo de comportamiento en el ruedo y exige de los toreros un amplio repertorio técnico que nos muestra su capacidad lidiadora. Así las cosas, no es mas que un cambio, que visto con buenos ojos, puede ayudar mucho, para que los públicos acudan a las plazas en mayor número, por eso existe el refrán popular “En la variedad está el gusto”. Para lidiar este encierro se anuncian a tres toreros jóvenes, que en su trayectoria taurina han mostrado condiciones para situarse en un lugar de privilegio y que en este momento se encuentran embalados por sus triunfos, logrados con base en su entrega, con un toreo sincero, sin traicionar su estilo. Ellos son: El venezolano Leonardo Benítez, Alfredo Ríos “El Conde” torero de la tierra y Leopoldo Casasola. ¡Venga al toro! |