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Con algo más de un cuarto de plaza en la localidad ciudadrealeña y con media hora de retraso sobre la hora prevista del inicio del festejo, se han lidiado novillos de Sonia González, 1º manso, los demás manejables. Al sexto se le dio la vuelta al ruedo.
Pedro Rodriguez "El Casillero", silencio y oreja
Fernando Tendero, saludos en ambos
Juan Belda "Niño de la Vereda" , dos orejas y ovación.
El alumno de la Escuela Taurina de Murcia "El Casillero" no logró acoplarse a la mansa embestida de su primer novillo ni con el capote ni con la muleta. Fernando Tendero quitó por chicuelinas. La faena la basó en la mano derecha. Mató de pinchazo y estocada. En el cuarto la cosa cambió considerablemente y se pudo ver a un novillero un poco más entonado con el novillo que le tocó en suerte. Alguna verónica suelta dejó en el ruedo.
Tendero volvió a hacer el quite correspondiente esta vez por navarras y tafalleras. Con la franela ligó algunas tandas. Mató de estocada.
El novillero de Villarta de San Juan, Fernando Tendero recibió con verónicas. "El Niño de la Vereda" hizo su quite llevándose un pequeño susto sin consecuencias al ser prendido por el novillo. Aún así volvió a intentarlo. Una vez cambiado el tercio, Tendero comienza la faena con la mano izquierda, cosa rara en los toreros. Con esa mano se sintió muy a gusto, incluso arrancó algún que otro olé del respetable. Continuó con la derecha. Mató de dos pinchazos y media estocada. Se pidió la oreja a lo cual la presidencia no accedió. Al quinto de la tarde lo recibió con una larga cambiada para proseguir con bellas verónicas. Buena faena realizó el de Villarta, comenzando con estatuarios a pies juntos. La mala suerte que no terminara de rubricar su obra por fallar con la espada.
El que verdaderamente sorprendió al aficionado fue un chaval de Fortuna (Murcia) que con tan sólo dos novilladas tiene muy claras las ideas y una gran técnica para saber estar delante de la cara del novillo. Juan Belda "El Niño de la Vereda" fue el triunfador de la tarde en Moral. Recibió a su primer novillo con una larga cambiada y verónicas con el compás abierto. Con la muleta supo correr muy bien la mano llevando la suave embestida del novillo por ambos pitones. Terminó con molinetes. Mató de estocada caída. En el que cerraba plaza volvió a realizar un buen saludo capotero. El novillo no tenía la misma condición que el anterior. Había que poderle y llevarlo muy tapado. Más que mirar la muleta lo que miraba eran los tobillos del novillero. Supo estar en su sitio. Con la espada no estuvo tan acertado. Pinchó en dos ocasiones para al final recetarle una estocada. |
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