Don Jaime Rojas Palacios es un maravilloso romántico de la fiesta que con su apasionada entrega como dramaturgo, ensayista e inigualable aficionado, ha contribuido a preservar su grandeza no sólo organizando infinidad de siglos de conferencias, sino también obras de teatro y escribiendo libros para difundirla como parte importante de la cultura popular. Más de medio siglo de amor a la fiesta merecen un sentido y emotivo y respetuoso reconocimiento como este festival-homenaje. Así vimos a Mariano Ramos realizar una faena a un excelente ejemplar de Sierra Ortega plena de sentimiento y profundidad. Cada serie que se fue sucediendo con ambas manos, fue una lección de bien torear, que emocionaron a los aficionados. El novillo por su gran desempeño fue indultado y Mariano dio la triunfal vuelta. Y salió Teodoro Gómez con un buen novillo de San Maximiano, y entonces se sucedieron 6 verónicas… bellísimas, cadenciosas, imponentes, rítmicas… ¡inconmensurablemente hermosas! Que conmovieron hasta el delirio, y que Teodoro como gran artista, recortó con imponente media y se recreó con otra belmontina siendo estruendosamente ovacionadas con el público de pie. Teodoro quitó por ceñidas y sentidas chicuelitas que el público volvió a agradecer con las palmas. La faena de muleta fue inteligente, sensible, armoniosamente templada. Destacando una serie por el lado natural que fue sublime. Rubricó su sentida obra de arte con una estocada entera que hizo de inmediato sucumbir al novillo, y así Teodoro ser merecedor de dos orejas. Otro que conmovió por su pasión desbordada fue Carlos Serrano El Voluntario el que tuvo retuvo; y ha sido una gratísima experiencia ver cómo toreó con temple y buen gusto. La falla con el acero le impidió pasear una oreja, todo quedó en una salida al tercio. El Calesa lamentablemente se vio mal; mientras que Antonio Vega ha sido un auto de auténtica irresponsabilidad con él y su familia por haberse presentado careciendo de toda capacidad para enfrentar a un novillo. |