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En la noche de ayer, 19 de noviembre, se celebró una misa y cena en homenaje póstumo al matador de toros Antonio José Galán con motivo de recordarse el día de su cumpleaños. La reunión fue en el Cortijo “Lomas de Villa” de su entrañable amigo y compadre peruano, Marcial Ayaipoma Alvarado, quien mantiene la tradición de celebrar el honomástico del “Loco Galán” como lo hiciera durante los últimos treinta años de su vida. Numeroso fue el grupo de amigos y familiares del diestro desaparecido que asistió a la reunión, en la cual se develó una hermosa placa de azulejos donada por la Casa Iturry en la que, bajo su efigie, unos versos de mi autoría hablan de su vida taurina y su paso por Lima en los siguientes términos: El 71 debutó en Acho, el 84 el Escapulario ganó, en casa de Marcial. 30 veces, su cumpleaños festejó. Su original toreo, su valor y entrega total, su sonrisa de oreja a oreja, conquistó a todos por igual. Lo que Galán hizo en el ruedo, en la historia quedó grabado, 200 toros mató sin muleta y, eso, jamás será olvidado. Galán se nos adelantó, hoy me lo imagino en el cielo, estoqueando sin muleta, provocando gran revuelo. Sus cinco hermanos, Alfonso, Guillermina, Isabel, Carmina y Alicia, y diez de los sobrinos viajaron especialmente de España a Lima para estar presentes en tan emotivo homenaje.
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