Con media plaza se han lidiado toros de Alcurrucén, de juego desigual pero manejables en conjunto. El Cid, ovación y oreja José María Manzanares hijo, silencio y silencio tras aviso Eduardo Gallo, una oreja en cada uno de su lote. Gallo ha sido el triunfador de la tarde por dos faenas diferentes; ha estado mejor en su segundo que le ha colaborado menos. El Cid no ha brillado a la altura esperada, si bien ha dejado retazos de su condición de figura actual. El alicantino Manzanares hijo, al que le ha tocado el peor lote, tampoco ha sabido ni podido ofrecer algo que merezca la pena reseñar. |