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El título hace referencia a la película My Fair Lady protagonizada por Audrey Hepburn y Rex Harrison; recrea el mito de pigmalion y en ella él le da clases de dicción a ella. Una de las frases utilizadas en las clases es la que titula la crónica de hoy: La lluvia en España se da sobre todo en la planicie. Como hoy en Las Ventas.
Las lonas suelen proteger de la lluvia al ruedo, pero no le protegen de todo Seis toros de El Ventorrilo entraron al ruedo de Las Ventas y seis salieron arrastrados por las dóciles mulillas. Toros con diferentes comportamientos y hasta presencia; unos serios y otros no tanto, unos bravos y otros no tanto, unos fuertes y otros no tanto, unos bien lidiados y otros pues no tanto. En general una corrida, sin buscar la rima, notable y más que potable la traída por El Ventorrillo.
Manolo Sánchez abría plaza tarde porque había llovido y el personal se afanaba en quitar las lonas que cubrían el ruedo venteño. Su primer toro llegó a la muleta obviando los cánones del toreo; esto es, sin ser parado, sin ser templado y sin ser mandado. Ante semejante panorama Manolo Sánchez sucumbió y la faena acabo en matanza. La primera tanda a su segundo toro se convirtió a la postre en un espejismo pues fue podido y hasta despreciado por un toro que le miraba y se iba pensando que si no me vas a torear me voy. Psicología del toro aprendida de las enseñanzas del señor Antolín Castro.
Julián López El Juli aparecía en Madrid sustituyendo al hierático-hermético y platónico José Tomas. Su primero era un buen toro, tenía recorrido y entraba noble a la muleta. El Juli lo sabía y comenzó sacándolo fuera, tirando el toro a la basura sin lucirlo y luciéndose; pero algo pasó, no sé si fue el solo o la bronca del tendido pero algo pasó pues la siguiente tanda fue diferente: marchó al otro pitón y toreó. Se ganó un buen susto -cosas que pasan cuando se torea pa'dentro y se es neófito en ello- y no se amedrentó. Porfió el torero y mató bien. El presidente no quiso darle la oreja que el público había donado ya. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, que los ingleses jugaban en el mundial contra sus hijos adoptivos los estadounidenses y que a las postrimerías de la faena de muleta algún Dios descargó aguas, El Juli se fue a por la espada para acabar de mala manera con la vida del toro.
Yo me sigo preguntando si era mejor Alejandro Talavante o su enemigo de nombre Marques. Tengo la duda. Un toro bravo siempre y un torero que logró imponer su tempo. Una vez acoplado -tarde- Talavante, de frente, armó el toreo y dejó que su espíritu hiciese el resto. Fue muy bonito. Y mato bien pero el toro amorcillado recibió muchas puntillas que echaron por tierra los trofeos. Pero solo los trofeos. Contagiado por el aguacero y por los ánimos del personal, Talavante no levantó el vuelo ante un toro tampoco bueno. Las Ventas nos despidió entre luces grises y doradas. |
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