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Este domingo 30 de julio se presentaron ante cinco toros de Guadalest, bien presentados, con casta y de juego variado y un sobrero (4º bis) de El Sierro, los matadores Salvador Vega, José María Manzanares y Eduardo Gallo.
Salvador Vega, ovación con saludos y silencio tras aviso.
José María Manzanares, ovación con saludos y silencio.
Eduardo Gallo, oreja y silencio.
Finísimo con el percal, Salvador Vega, saludó bellamente al primero que finalmente fue devuelto por flojo aunque casta tenía. Al reemplazo lo toreó con gusto de muleta pero falló con el acero y perdió la oreja. Su segundo fue de El Sierro, un toro muy gordo, pero que manseaba, aunque tuvo tela para dejarse tirar con la muleta y algunos pases consiguió, pero volvió a perder trofeos con el acero.
José María Manzanares tuvo dos animales a los que nada les pudo, el primero por culpa de su subalterno que lo hizo lesionarse y el segundo por falta de fuerzas.
Eduardo Gallo, estuvo muy inspirado en sus dos animales, más en su primero al cual le cortó una oreja. En el segundo tuvo que lidiarlo porque el bicho era todo un marrajo con malas ideas.
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