Con lleno total se celebró el mano a mano en la noche santanderina. Los toros de Jandilla, sospechosos de pitones, resultaron desclasados e impidieron que el resultado fuera otro distinto. Aún así, el lote de El Cid fue manejable con un sexto extraordinario y el de Rincón, prácticamente infumable. Los lotes decidieron el resultado final. César Ríncón, división de opiniones, silencio tras aviso y pitos El Cid, vuelta, dos orejas y oreja. Exigente estuvo el público con el colombiano Rincón, a quien le correspondió un lote muy malo. Estuvo dispuesto y entregado pero el público no terminó de entender las dificultades de los astados que le cupieron en "suerte". La suerte favoreció a El Cid en los tres toros, que le permitieron cuando menos torear de continuo. Estuvo entregado en su segundo y a ratos toreo con gusto y mando en el primero y sobre todo en el sexto. Mereció oreja en el primero y no las dos en el segundo, emborronando con la espada y descabello la mejor faena ejecutada al gran sexto. Alcalareño saludó en el segundo tras dos buenos pares de banderillas. |