Con tres cuartos de entrada en los tendidos. Se han lidiados toros de la ganadería de Jandilla, bien presentados y de buen juego, sobresaliendo el cuarto. El primero demasiado flojo. Manuel Díaz "El Cordobés", silencio y oreja Javier Conde, dos orejas y ovación desde el tercio Luis Miguel Vázquez, oreja y oreja. Manuel Díaz "El Cordobés" en su primero no pudo hacer casi nada por las condiciones del astado. En el saludo capotero no se estiró a la verónica. Una vez que cogío la franela tampoco destacó su faena muleteril. El burel se quedaba demasiado corto por las pocas fuerzas que tenía. Se adornó con el típico abaniqueo. Mató de pinchazo y estocada, silenciando el público su labor y pitando al toro en el arrastre. La cosa cambió un poco cuando salió por toriles el cuarto de la tarde. Lo recibió a la verónica para rematarlo en una media ciñiéndose el capote a su cuerpo. El toro tenía muy buena condición pero "El Cordobés" no supo entenderlo y darle el sitio que necesitaba. Terminó con el salto de la rana para matar de pinchazo y casi entera, pidiendo el respetable la oreja que concedió la presidencia sin dudar. El malagueño Javier Conde recibió al segundo de la tarde con verónicas sin bajar en ningún momento las manos. Con la muleta realizó una faena al más puro estilo Conde. Cuando le dió varias tandas por ambos pitones se alejó del toro yéndose hasta la barrera para con su característico pases de ballet se acercó al toro para pasárselo por la espalda. Mató de estocada, cortando las dos primeras orejas de la tarde. En el quinto la faena muy similar a la primera con la única excepción de no matar bien. Pinchazo, estocada tendida y dos descabellos. Recogió en el tendido la cariñosa ovación del público. El sabor al toreo del bueno llegó de la mano de Luis Miguel Vázquez. Recibió al tercero de la tarde con la rodilla flexionada para después continuar a la verónica estirándose con el astado y rematando en una bella media verónica. Con la muleta también dio una buena tarde de toros, entendiendo a su ejemplar aunque había algunas veces que le costaba pasar al toro. Mató de estocada caída. Oreja. El deleite llegó en el que cerraba plaza. Se vió a Vázquez confiado y muy seguro de sí mismo, volviendo a ser el que ha hecho soñar al espectador con un torero de gran proyección. Recibió a el sexto de la tarde con unas bellas verónicas de manos bajas, abriendo el compás y con la barbilla pegada al pecho. La faena estuvo cargada de arte y pureza en todo momento. Se pudo disfrutar de los mejores naturales de toda la tarde, a pesar de seguir con la mano vendada por la lesión que arrastra desde Torralba. Mató de estocada hasta los gavilanes en el hoyo de las agujas. Concediéndole el presidente una oreja. El público seguía pidiendo la segunda con fuerza pero el usía se negó a concederla. |