Ante no más de 900 personas, se lidiaron novillos de Rafael Mendoza justitos de presencia y dóciles, buenos en general. Víctor Pastor, pitos y silencio; Gitanillo de Tlalpan, silencio y silencio; Gustavo García Solo, silencio y silencio. Aburrida tarde fue la que se vivió en el coso de Insurgentes en la que los novilleros estuvieron muy por debajo del ganado. Reses que ni siquiera pidieron espadas más experimentados y los que tuvieron enfrente simplemente no pudieron. Gustavo García Solo anduvo acelerado haciendo las cosas muy rápido en sus dos novillos. Fue presa de unas ganas de triunfo que no supo controlar y que le hicieron ver mal. Ambas labores fueron silenciadas. Gitanillo de Tlalpan (como mencioné en su actuación anterior, en Tlalpan no hay gitanos), pegó pases sin ton ni son lo que hizo que la aburrida tarde se volviera aún más aburrida. La amargura del torero fue evidente por lo que también sus trasteos fueron despedidos con silencios de indiferencia. Al parecer Víctor Pastor pretende tomar una alternativa sin fundamentos y con poca capacidad técnica que le podría afectar mucho. Se mostró como un torero pega pases sin mucho que ofrecer. Pitos y silencio. |