Con un cuarto de entrada y media hora de retraso por faltar dos de los médicos que tenían que estar presentes en el coso de Tomelloso dio comienzo en la noche del domingo la corrida de toros organizada por Pepín Fernández. Se lidiaron seis toros de Guillermo Acosta bien presentados y de juego desigual. Óscar Higares, oreja y oreja Canales Rivera, silencio y pitos Juan Manuel Benítez, dos orejas y oreja. Óscar Higares no pudo lucirse en el saludo capotero porque el toro estaba muy parado. Con la muleta le embadurnaba todo los muletazos al volverse pronto. Por el pitón izquierdo iba mucha mejor y logró enjaretar una tanda del gusto del respetable. Terminó con molinetes de rodilla. Estocada. En su segundo si se le pudieron ver algunas verónicas buenas. El toro le deslució la faena al tirar gañafones. Estocada. Canales Rivera no estuvo bien en ninguno de sus enemigos y el público le tributó una fuerte pitada cuando abandonaba el albero de la plaza. Es cierto que le tocó el peor lote pero aún así no se complicó y sus faenas las basó en el macheteo para pronto entrar a matar. En las dos ocasiones falló con el acero puesto que se salía de la suerte. El que despertó al respetable de sus tendidos fue Juan Manuel Benítez con su estilo de torear que caló hondo en el público tomellosero. Buen recibo capotero a su primero. En el segundo tercio destacó en la brega José Ignacio González Manzano. Y una faena con destellos de arte por la pureza con la que toreaba. Estocada. En su segundo fue su subalterno el que lo recibió con el capote, en la muleta empezó con muchas prisas para luego calmarse un poco. Estocada caída. Juan Manuel Benítez salió a hombros del coso mientras que Óscar Higares prefirió hacerlo por su propio pie. |